Tertulia flamenca: Letras y fiesta

 chicaspalmasA principios de la tercera temporada de la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid, se propuso a l@s asistentes el que escribieran letras, coplas propias, ya se ajustaran o no a la métrica flamenca… libertad, improvisación…
Hubo respuesta -hasta de amigos de otros lugares- y el resultado se mostró en el final de temporada de la Tertulia celebrado en el patio de palmeras de la Biblioteca: un librito con todas las letras de tod@s aquell@s que se animaron y atrevieron, acompañado de los dibujos, pinturas de diferentes artistas de esta ciudad, que ilustraron los diferentes temas planteados en cada cita. Letras que os ofrecemos aquí, junto con algunas fotos y comentarios de lo que fue la fiesta de despedida de temporada (y si un cantaor, cantaora, flamenc@s en general, se anima a ponerle música a las letras, pues tomen nota).

Javier García PrietoIlustración de García Prieto

La tercera temporada de la Tertulia comenzó tarde, allá por diciembre con un viaje por el territorio flamenco de Utrera y Lebrija y despidió el 2013 con la singular presencia y cante del cantaor palentino Enrique Lozano el Pescao, acompañado por el toque de Liroy.

pescao amigosFaustino Dueñas abriría el 2014 continuando allí donde dejara, en una visita anterior, la charla sobre la guitarra flamenca, de los patriarcas pasamos a los maestros de la guitarra moderna; volvería Faustino, pero con su sonanta para acompañar el cante de Nemesio y Pablo y el recitado de Mariano, los amigos de la Tertulia Flamenca Medinense, que nos contaron y cantaron sobre la afición de nuestra vecina localidad de Medina del Campo. Fue en la recta final de la Tertulia. Antes nos detuvimos en los cantes de Cádiz, en los de Triana y Alcalá; recordamos a los que nos dejaron: Paco de Lucía, El Torta, Moraíto, Niño Miguel, Enrique de Melchor, Luis Pastor (y tantos otr@s: Félix Grande, Mariana Cornejo, Manuel Mairena, Pies de Plomo, la Tomasa, Perlo de Triana, El Eléctrico…), gracias a los vídeos les tuvimos aún más presentes (y se les cantó). Despedimos las citas con la presentación del libro, Carmen Amaya, por parte de uno de sus autores, David Pérez Merinero, quien además nos dejó unas letras.

josesalinas        cadera

Y así llegamos al pasado viernes, día 13, a la fiesta. Un hasta la próxima en compañía de amig@s y aficiona@s de esta ciudad y tierras cercanas -la puerta está abierta-, con cante, toque y valientes bailaor@s, regado y alimentado con bebidas y viandas varias, palmas, olés y jaleos. 

Tío Berni de la Juliana, al saber y sentimiento

Tío Berni de la Juliana, al saber y sentimiento

Hizo buena tarde, el Patio de las Palmeras de la Biblioteca Pública de Valladolid acogió un año más la Fiesta fin de temporada de La Tertulia Flamenca. Óscar y Toño templaron y acompañaron a l@s aficionad@s que quisieron hacerse un cante. Y hubo bastantes; aunque echáramos de menos a Panero, a los chicos del Taller Flamenco, a Faustino, Gallo… ¡el año que viene estarán!

Hubo nuevas incorporaciones este año, de aficionad@s pur@s, de otr@s que despuntan en lo profesional, de gachés y calés, regalando sus cantes para el disfrute diverso de l@s asistentes.

trioflamenco

(Los enlaces que hemos puesto por aquí y por allá en esta segunda parte de lo que fue el cierre de temporada de la Tertulia Falmenca -queda una tercera, para rematar- están tomados de aquí; fueron rodados y subidos por Luis, gracias, así como a tod@s l@s que hemos ‘robao’ su imagen).

Hasta aquí lo que hemos venido mostrando, contando sobre la tercera temporada, y fiesta final, de la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid.

piestertuliaFuente: http://tiempoflamenco.blogspot.com.es

 

 

 

Tertulia flamenca: «Carmen Amaya», el libro de David Pérez Merinero y Montse Madridejos)

«Decía Antonio Gades que en la primera ocasión que la vio se quedó mudo, y esa misma actitud se repitió en él cada vez que la veía bailar», dijo David Pérez Merinero el pasado viernes en la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid, adonde acudió para presentar el libro, Carmen Amaya (Edicions Bellaterra, 2014), realizado junto a Montse Madridejos.

Una biografía diferente a las existentes sobre la bailaora construida a base de artículos originales publicados en periódicos y revistas de los lugares por donde actuó; de fotografías, dibujos y cuadros; de algún documento oficial, rematado con una completa, por primera vez, filmografía, discografía y otros datos de interés de su trayectoria artística.

David Pérez Merinero.

Pérez Merinero nació en Écija (1951), pero pasó su infancia y adolescencia en Jerez. Tal vez por eso se considere un «mal aficionado» porque, «lo que me interesa del flamenco es casi exclusivamente Jerez y el flamenco que hacen los gitanos».
Matemático, crítico de -con el- cine, profesor de ofimática, funcionario de Hacienda, no se considera flamencólogo -«uno de los mayores insultos que se le pueden dirigir a un flamenco»-, pero contribuye al conocimiento del flamenco a través de su blog, Papeles Flamencos (dentro de los que se dedican a la investigación, término que no sabemos si le gustará, tiene su propia personalidad y singularidad).
Avisó de que era «mal conferenciante» y que sólo había abandonado su ‘quietismo contemplativo’ para hablar del libro allí donde se le ha requerido y que Valladolid, esperaba, fuera el último acto. Y sí se le notó que le faltaban tablas como conferenciante, le costaba sintetizar, ganando más en el cuerpo a cuerpo, en el intercambio pregunta-respuesta, y si es con una cerveza en la mano, mejor.
El libro sobre Carmen Amaya desmonta algunos mitos y verdades dadas por supuestas sobre la bailaora creídas, hasta el día de hoy, desde que fueran lanzadas por sus ‘biógrafos’. La principal es la referida a su fecha de nacimiento, hasta ahora fijada en el año 1913, sin ningún tipo de datos que lo certifiquen -el documento legal sobre su nacimiento no existe o no se ha encontrado, aún-; al menos, David y Madridejos cuentan con varios indicios para situar la fecha en 1918.
Se vieron fragmentos de dos de sus primeras apariciones en cine, antes de realizar La hija de Juan Simón (1935), apariciones fugaces de una Carmen Amaya muy niña, preadolescente (La Bodega, de Benito Perojo, baila junto a su tía La Faraona y una prima; y Dos mujeres y un don Juan, dando palmas), que, junto a otros datos, apoyan su versión de 1918 como fecha de nacimiento.

Menos complicado resultó a los autores demostrar que no había sido, como se ha escrito y creído, portada de la revista Life, aunque esta le dedicara un reportaje; o que por fin se diga la verdadera fecha de su matrimonio simplemente mostrando el documento del enlace. David, quien tampoco aseguraría que nació en el Somorrostro, fue preguntado por los amoríos atribuidos a la artista (Vallejo, Farina, Antonio Mairena), dando razones de las dudas que le suscitaban tales emparejamientos…

Carmen Amaya

Lo que no se puede desmontar, ni cuestionar es «el misterio, la fuerza de su baile», afirmó Pérez Merinero, quien viera a la bailaora por primera vez en un programa de televisión española, Esta es su vida -«que no se conserva»-, cuando él tenía 10 años, «y me impactó, y sobre todo por ver, por primera vez, a alguien que tenía pintada en su cara la muerte -el programa se emitió seis meses antes de su fallecimiento en noviembre de 1963-, y el baile tiene mucha relación con la muerte».
«Lo que busco en el flamenco  es la originalidad, el hecho único y», explicó David, «creo que Carmen Amaya responde a ese modelo. Su baile nace y muere con ella, es irrepetible. Se entiende a Gades cuando decía que se quedaba mudo, es inexplicable su baile y los libros sobre baile pasan de puntillas sobre ella. Su baile no responde a ninguna escuela, es difícil engarzarla en alguna teoría; sin embargo, uno lo ve y lo siente como muy próximo, parece que esa es la forma… si Carmen volviera a bailar su baile seguiría siendo muy moderno».
Algunos de los asistentes destacaron la elegancia de su baile y persona, «siendo una gitana nacida en una barraca»; otros prometieron volver a mirar su baile, que hasta entonces no les había llegado (repensar, no; olvidarse de entender en cuestiones de arte: pérdida de tiempo, de goce, de sentido; sólo artistas de su nivel han podido decir algo sobre su baile -Cocteau, Toscanini, Orson Welles, Chaplin, Nureyev…- y aún así…).

Pérez Merinero comentó que andaba a la búsqueda de editor para publicar la discografía completa de Carmen Amaya, y más datos e historias se citaron y relataron -y las que se pueden encontrar en su blog-, entre las que figuraba esta ciudad y uno de sus -único- genios, Vicente Escudero, «uno de los culpables» de que el baile de Carmen Amaya fuera el que es: el padre de la bailora, quien decía que cantaba mejor que bailaba, quiso llevarla a una escuela de baile y consultó al bailaor vallisoletano sobre cuál elegir, «este le dijo que ni se le ocurriera porque mataría su espontaneidad, que es el principio de su baile; tuvo una visión espléndida Escudero», contó David.

El pintor -y miembro del 'Comando Jerez'-, Pepe Rodríguez, con el libro de David.

Por último decir que en el Centro Cultural Provincial, de Palencia, hasta el 29 de junio se puede visitar la exposición de Colita y las fotografías que realizó a la genial Carmen Amaya.
 
(Ayer viernes, si el tiempo y la autoridad lo permitieron, se celebró la despedida de la Tertulia Flamenca de esta su tercera temporada. Con fiesta, como el año pasado, y la entrega de un librito con coplas escritas por l@s asistentes de este club flamenco, contribución para el aumento del acervo letrístico flamenco. Daremos cuenta de ello. Salud).

Tertulia flamenca: La afición

Ilusión y amor por este arte sublime que es el flamenco”, guían la vida del aficionado. En una de las últimas citas de la Tertulia Flamenca de la Biblioteca Pública de Valladolid tuvimos un buen ejemplo de ello con la presencia de una representación de la Tertulia Flamenca Medinense, de la afición flamenca de Medina del Campo, la segunda ciudad –en número de habitantes- de esta tierra vallisoletana.

Faustino Dueñas, Mariano García, Pablo Lucas y Nemesio Pariente ofrecieron una singular forma de contar la historia de la afición flamenca de su ciudad, escenificando una suerte de “retablo flamenco-poético”, donde la narración de los hechos conducida por Mariano se alternaba, encadenaba con el cante de Pablo y Nemesio y el toque de Faustino.

Hace 50 años y pico comenzó la historia de la Tertulia Medinense, en “una época de tinieblas, donde hacíamos lo poco que podíamos” (Faustino). Un programa semanal en la emisora La Voz de Medina, dirigido por Mariano García, actuaría de  faro, de alminar que iluminaba y llamaba a los fieles.

 

Sobre el antes del flamenco en Medina, “hay poca documentación y escasa tradición oral”, surgieron algunos nombres del pasado lejano –Laurentino Mata, el Tío Montoya-, locales –El Café Continental, Bar Castellano-, el cine Coliseo que acogía las coplas populares del momento –Pepe Pinto, Angelillo…-, hasta que se inauguró el Teatro Olimpia y comenzaron a llegar los cantaores (Jacinto Almadén, Fosforito, Jarrito, Juan Varea…).

 

El público era escaso –“dos filas del teatro ocupadas, tras el descanso sólo una”-, pero cuando más difíciles son las circunstancias más se crece la afición.

Y no dejaba de crecer. La consolidación de la afición y del interés de la ciudad por el flamenco desemboca en la realización, hacia finales de los 70, de la 1ª Muestra Flamenca (36 ediciones cumplió este 2014), por donde han pasado desde Curro de Utrera a Enrique Morente, de Rafael Romero a Carmen Linares, de Manuel Mairena a José Mercé… “Y nuestros cantaores” y tocaores y bailaor@s.

 

El aficionado se atreve con el cante, el toque, el baile sabiendo “nuestro nivel, nuestras perspectivas”. Un aficionado puede saber tanto, igual o más que un profesional de cantes, de palos, de cómo están conformados, de quienes son sus autores, de todas sus variantes. Un conocimiento que comparte de la mejor, humilde y sincera manera que sabe, entre ellos y con otras aficiones.

Con tal actitud y entrega hacia el flamenco –y necesidad de él, mucha necesidad por estas tierras- montaron una Misa Flamenca en 1970; luego vendría (1982) una adaptación del poema Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, de Lorca –tanto de este como de la misa interpretaron diversos fragmentos-; y con el transcurrir del tiempo acudir a cualquier llamada –p.e., recitales flamencos para cofradías de Semana Santa-, estar presentes en las actividades culturales de su pueblo o de donde se les requiera.

Tertulia- Medina

Fue una hermosa velada, un cante a la afición desde la afición. El aficionado: espectador activo que vive y siente el flamenco como suyo.

Miguel Escudero, Niño de los Ovoides, Juan Carlos, Antonio Descalzo, El Lechuga, Julio Hernández ‘Pinturas’, nombres de algunos de los aficionados flamencos que allí se escucharon –y espero haber copiado bien-, a quienes se siguen añadiendo otros nombres, gente nueva, joven, que continúa teniendo los bares como punto de encuentro para disfrutar, hablar, hacer el cante, el toque, el baile, preparar nuevas actividades…

Tertulia flamenca: Triana y Alcalá, sus cantes y nuestra libre inspiración

Y llegamos a Triana, «la madre del cante», «el corazón del flamenco». Jerez, Cádiz, Utrera-Lebrija fueron paradas anteriores de la Tertulia Flamenca -de la Biblioteca Pública de Valladolid-, en su recorrido  por los principales enclaves geográficos del hecho flamenco.

Como se hablará de forma extensa, detallada de la historia de la Triana flamenca, cuando traigamos aquí el trabajo que al respecto ha hecho Pedro Sanz, en esta entrada sólo aparecerán algunos detalles relacionados con este lugar flamenco, ya mítico, otrora muy real.

Más bien nos centraremos en intentar reflejar el ambiente que se genera en la Tertulia, de las controversias, opiniones, comentarios que de forma libre, espontánea suelen surgir, sea cual sea el tema a tratar, incluso al margen de este. Todo ello punteado por la escucha, y el visionado, de los más variados cantes y cantaor@s. Para este día dedicado a Triana, y Alcalá, se contaba con esta selección:

1- Miguel Poveda: Tango del Titi de Triana
2- José el de la Tomasa: Tango de Triana
3- Antonio Mairena: Tango de Triana
4- Esperanza Fernández: Farruca
5- Carmen Linares: Petenera de la Niña de los Peines
6- El Zapatero: Soleares del Zurraque
7- Juan Talega: Soleares de Alcalá y de Mercé la Serneta
8- Platero de Alcalá: Soleares de Alcalá
9- Manolito de María:  Soleares de Alcalá
10- Gabriel Moreno: Siguiriya de Tomás Pavón
11- Pepe de la Matrona: Siguiriya de Torre
12- Manuel Oliver: Martinete
13- Bernardo el de los Lobitos: Nana
14- La Tomasa: Fandango
15- Luis Pastor: Sevillanas
16- Triana Pura: Bulerías
17- La Paquera: Sevillanas
Y con sendos vídeos de Miguel Poveda, con su interpretación de los tangos del Titi, y del Titi y familia haciendo lo propio, empezó todo:
-De flamenco no sabe nadie nada, pero por lo menos hay que entender un poco para discernir entre flamenco de verdad y flamenco para turistas. Poveda, al que respeto muchísimo, que me parece un tío valiente, a mí no me dice nada, su flamenco no es el flamenco que yo entiendo.
-Poveda reconoce que él no ha mamado el flamenco, lo ha aprendido y lo sigue aprendiendo -y tiene esa honradez en decirlo-, de la manera más fiel posible. Creo que en estos tangos que interpreta sí hay un parecido, una similitud muy firme en cuanto a plasmar su esencia, y creo que lo hace muy bien.
-Poveda lo ha calcado, eso hay que reconocerlo. Luego, ¿qué nos pellizca más? A mí el tango interpretado por el Titi, ese flamenco en estado puro. Pero Poveda no está haciendo fusión extraña.
-¿Qué han hecho los payos por el flamenco? Embellecerlo. Mejorarlo, creo que no. El flamenco sigue siendo el cante de los gitanos.

Ilustración de Mercedes García para la tertulia sobre Triana

-Triana tiene la peculiaridad de un cante muy definido: el de las gitanerías y el de los gachés -este criticado desde la oficialidad representada por Antonio Mairena, que ponía a parir a Ramón Ollero, uno de sus creadores-, estas dos maneras de interpretar el flamenco han convivido en Triana.
-Pepe el de la Matrona (le vemos y escuchamos por livianas y serrana) interpretaba como los gitanos, que iban a verle. Canta sembrao, y no era de Triana.
-Triana ha influido de una manera brutal en los cantes que se hacen en otras zonas.
-Las soleares de Alcalá se han mantenido puras, en Triana, no (vídeo de Enrique de la Paula, hijo de Joaquín el de la Paula, que «engrandeció el cante, y no grabó ningún disco»).
-Las maneras tradicionales de interpretar las soleares eran ligando los tercios, sin respirar, como una especie de abusar de facultades…
-Así ya no se canta.
-… los de Alcalá acortan y separan los tercios.
-Antonio Mairena cuando cantaba por soleá…
-Nuestra generación le tiene que agradecer todo.
-… no acababa nunca, era pesadísimo.
-Y la apolá sale de Triana.
-¿Y cuando la hace Chiquetete?
-La hace bien.
-No, muy bien. Y también bien por tarantos, y tangos.
-El tango es uno de los palos más generosos, con más colores y sabores que ha dado Triana, de los que hay tres o cuatro variantes (Niña de los Peines, Manuel Vallejo). A diferencia de otros tangos más hondos como los de Frijones (Jerez), los derivados del Mellizo (Cádiz) o más arrumbados, amables como los del Piyayo (Málaga), los de Triana tienen esos aires, melismas caribeños.
-¿Por qué no se llevaron el cante de Triana a las 3.000 viviendas? ¿por qué se pierde? ¿sólo echaron los gerifaltes del franquismo a los gitanos? ¿los payos se quedaron?
-Hoy Triana es otra cosa.

Se suceden cantes por soleá de Juan Talega, del Arenero, se cita a los Pelaos, Los Caganchos, Tomás Pavón («uno de los mayores conservadores del cante de Triana, como su hermana, Pastora»), se apuntan nombres que faltan (Pepe el de la Culata, Naranjito de Triana…) y llegamos al final, que nunca es tal, pues la cita sigue fuera de la biblioteca.
Cierre circular, al estilo clásico, pues termina la Tertulia como empezó: con sones de fiesta, de alegría. Por arte y gracia de Lole, La Negra y familia, que al cantar en árabe nos recuerdan que la principal influencia del flamenco -o lo jondo, lo gitano- está en lo árabe (y en particular la de su rama sufí). Asunto para otro momento.

"Bailaora" de Francisco Casado«Bailaora»,de Francisco Casado

(Esta entrada corresponde a la tertulia celebrada el 21 de marzo)

La próxima reunión en la Biblioteca Pública será el 16 de mayo en la que veremos «Triana pura y pura» de Ricardo Pachón.

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Tertulia flamenca: En recuerdo (Paco de Lucía, Moraíto, Niño Miguel, Enrique de Melchor, Luis Pastor…)

Un primer recuerdo de Moraíto es en un recital de José Mercé, al que acompañaba. Fue en el aún no remodelado Teatro Zorrilla de Valladolid, antes de que Del amanecer se convirtiera en superventas. Hacia la mitad del recital Mercé dejó solo al tocaor jerezano, su toque despertó un concierto que estaba pasando sin pena ni gloria.
Recuerdos, algunos expresados; comentarios, pocos; sobre todo, ver y escuchar a tocaores que nos han dejado recientemente. A ellos estuvo dedicada la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid, el pasado viernes .
Empezó con Moraíto, de ‘chico’, acompañando a un igualmente joven El Torta, y luego a Luis de la Pica. Jerezanos todos que han dejado huella en el flamenco, en la afición y en los propios artistas: «A pocos flamencos se les ha llorado tanto como a Luis de la Pica, se le tenía un cariño tremendo. No acabó de ser profesional, pero fue amigo de todos; muy buen compañero de juergas… En su único disco (y libro: El duende taciturno) pone: Mientras el Camarón se bebía un vaso de leche con un poco de pepermint, el Luis de la Pica se bebía océanos de fino La Ina».
De Moraíto -«buena gente, afable, algo que suele ser una característica común a la mayoría de los guitarristas»-, pasamos a Enrique de Melchor. Le vemos en sus inicios acompañando a un joven José Menese, al que seguiría acompañando hasta el final, en una petenera; y en solitario, haciendo la farruca.
Turno para Luis Pastor, guitarrista de la ‘vieja escuela’ («estuvo aquí en varias ocasiones, una con Chano Lobato, buen amigo suyo»). Le recordamos en este vídeo, acompañando el baile del garrotín de su mujer, Luisa Romero, y el cante de su suegro, Rafael Romero el Gallina («Luis era un gran aficionado a los toros, cuando venía por aquí le gustaba tomar el vino en los bares de la Plaza del Viejo Coso, para él un lugar hermosísimo; no le gustaba la tónica, ni los refrescos, los tintos era lo que le gustaba»).
Se sigue con Niño Miguel, muy joven, por soleá. Un talento golpeado por la vida, admirado por Paco de Lucía.
Concierto-de-Aranjuez---Paco-de-Lucia
Todo un año de Tertulia podría dedicarse a Paco de Lucía. Quedaron apuntados un par de comentarios: «Deutsche Grammophon ha tenido entre sus diez discos más vendidos, El Concierto de Aranjuez; hace unos años, Simon Rattle, titular de la Orquesta Filarmónica de Berlín, decía que esa grabación era canónica… /y Paco de Lucía dio el verdadero toque español a la música clásica española/… se dice que hacía fusión con el jazz, y no es exacta tal definición; más bien habría que decir que su acercamiento a músicos de jazz fue su forma de situar el flamenco en el mundo, como ya sucediera en la época de entreguerras -principios siglo XX- al asociarse el flamenco con las vanguardias artísticas –La Argentina-…».

Un ejemplo de esto último se vio en un vídeo con su famoso sexteto donde músicos de jazz, y rock (Pardo-flauta, Benavent-bajo, Dantas-cajón) sonaban flamencos, y no al revés; ni donde el flamenco era un adorno en una pieza de jazz. Y para terminar, Paco de Lucía y Camarón, llevando nuestra pequeñez hacia la grandeza.
Con la memoria sensibilizada concluía la primera parte de la tertulia.

carteldia gitanosDicen que el flamenco cambia las penas por las alegrías, y así sucedió a continuación del recuerdo a estos grandes tocaores. Dieron un paso al frente algunos de nuestros aficionados: Bernardo y Castañeta al cante; Miguel Uña, al toque; Toño y Óscar, a las palmas, y las ganas y el entusiasmo de tod@s l@s allí presentes. A nuestros aficionados se sumaron tres compañeras de la Fundación Secretariado Gitano de Valladolid, con su presidenta al frente. Una de ellas hizo unos cantes («Como el agua», alegrías, bulerías de Cádiz), otra  se hizo un baile (también Paco el de Castronuño se arrancó; primero, con un baile ‘galvanizado’, luego más suelto). Y con alegría finalizó la cita, prolongada hacia el exterior de la Biblioteca. El Club Flamenco de la Biblioteca volverá hacia mayo con los amigos de la peña de Medina del Campo, si no hay alguna sorpresa antes.

Tertulia flamenca: Cádiz, capital del cante

Una roca metida en el mar, como un apéndice de la península, como una isla que no quería serlo: Cádiz, punto de idas y venidas y viceversa. Hasta allí se fue, o desde allí se vino la capital que nombra a toda una provincia andaluza, la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid, para continuar su recorrido geográfico por los enclaves principales del flamenco y detenerse en uno de sus puntales.

Antes hubo que acordarse, una vez más, de otra baja en el mundo flamenco, Félix Grande, «poeta, aficionado al flamenco y amigo de los flamencos, autor de uno de los libros más bellos que se han escrito sobre este arte, Memoria del Flamenco, dijo Quique Miralles, guía en este viaje a tan especial tómbolo.

Ciudad-de-Cadiz-en-1812Punto importante del tráfico y el comercio marítimo desde siglos y siglos, ciudad rica, cosmopolita, talante liberal, luchadora, flamenca. «Tercios cortos, predominio del ritmo, escasez de lamentos, concentración emotivo expresiva, contención de sentimientos, equilibrio constructivo del cante, utilización de recursos propios (salidas, remates, trabalenguas…)», peculiaridades señaladas por Catalina León Benítez en su libro, El flamenco en Cádiz (Editorial Almuzara, 2006), y más en lo que antes contara Fernando Quiñones en De Cádiz y sus cantes (Seix Barral, 1964 -se sigue reeditando-).

aerea-cadiz-ciudad-antigua-europaLa información es abrumadora y eso que sólo se citan nombres relevantes: El Planeta, El Fillo, Paquirri el Guanté, El Tío José el Granaino, Romero el Tito, Pepa de Oro, El Viejo de la Isla, María Borrico… Enrique el Mellizo…, los que van a configurar el cante.

Topamos con los misterios de origen, algunos resueltos (se citan los hallazgos de Bohórquez sobre El Planeta, o lo que aporta El Afinador de Noticias; y no son los únicos), las anécdotas, las leyendas (los fardos de letras que llegaron a Cádiz), las historias que otros han contado sobre aquellos que hicieron el cante tal y como le conocemos. Más nombres: Aurelio Sellés, Ortega el Viejo, Pericón, La Perla, Manolo Vargas… Canalejas de Puerto Real, El Flecha, Chano Lobato, Chaquetón, Macandé, El Niño de Barbate, Ignacio Espeleta…

Y escuchamos a algunos de ellos, a Aurelio, a Pericón con la malagueña de El Mellizo, a Ramón Medrano y las cantiñas de Las Mirris, Pansequito, Camarón; y a otros que sin ser gaditanos hicieron sus cantes como si lo fueran: Rafael Romero el Gallina por mirabrás… Más que una ciudad, Cádiz es un universo y nos deja un tanto serios.

Sierra 1De repente, en los vídeos que se están proyectando se cuela Jerez -«aún estando tan cerca una ciudad de otra sus formas de hacer y vivir el flamenco son diferentes»- y asistimos a una fiesta por bulerías con Juanillorro y varios viejos, cantando y bailando. Es como pasar de una clase teórica a una práctica, y se agradece. El cante del Tío Mollino cierra la Tertulia y nos vuelve a situar en la contemplación de una ciudad cuyo mero nombre nos llena de cante, de ensoñaciones, de recuerdos. Estamos en Cádiz y Cádiz está aquí.

Al principio de la Tertulia se proyecta un fragmento de Un vogaye andalou, documental dirigido por Jana Bokova en 1990, en su parte dedicada a Cádiz. Aparece un joven Santiago Donday y Juanito Villar, éste en uno de sus cantes dice: «Entré por Valladolid / salí por calle la Sierpe…». Y Pedro Sanz nos adelantó los contenidos de la próxima edición, la once, de las Jornadas Flamencas de esta ciudad, para la primera semana de junio, de la que informaremos más adelante, pues no está cerrada del todo; se barajan nombres como los de Ortiz Nuevo, Gema Caballero, Jeromo Segura, El Pele ¿Poveda?. Idas y venidas, como la del ‘hombre pez’ que se lanzó al mar desde su Liérganes natal para terminar siendo recogido en la bahía de Cádiz; otros santanderinos viajaron por tierra hasta el sur para trabajar en la salazón y quedarse allí regentando tabancos; y Pericón contaba que una noche Manuel Torre y Enrique el Mellizo se encerraron en cuartito y cantaron por montañesas, con gran éxito. Y es que los flamencos son unos ‘chorizos’, que toman de aquí y allí y lo hacen propio. O como en los carnavales de Cádiz, «el que entra en ellos le imprime un carácter… para toda la vida».

La próxima cita de la Tertulia flamenca será el día 21 de marzo, a las ocho de la tarde, con dirección: Triana.

Fuente: http://tiempoflamenco.blogspot.com.es/

Tertulia flamenca: La guitarra moderna

«Su precisión rítmica, de compás es la propia de los tocaores actuales, antes de él no se tenía esa precisión. Sabicas es el padre de la guitarra moderna». Mientras, en la cuna del flamenco la guitarra sonaba así:

http://www.youtube.com/watch?v=y3Vk1shnz_Y

En su nueva cita, la Tertulia Flamenca de la Biblioteca Pública de Valladolid volvió a ocuparse de la guitarra flamenca allí donde se había quedado en la anterior charla . De nuevo con Faustino Dueñas como conductor de la historia del toque a través de los tocaores que, «han dejado un sello, una impronta, han tenido una fuerte o singular personalidad». Antes de empezar se recordó a Juan Moneo ‘El Torta’, cuya «lamentable» pérdida aún sentimos con hondo pesar.

«Para mí hay un antes y un después de conocer a Sabicas», contó Faustino citando lo dicho por Paco de Lucía sobre el exiliado guitarrista y su descubrimiento, «de una nueva forma de tocar, un sonido distinto, una perfección, una claridad y una potencia fuera de lo común, una velocidad sin perder el ritmo, que es dificílisimo». El tocaor gitano nacido en Pamplona estaba en lo más alto de su carrera cuando al unirse a Carmen Amaya estalla la Guerra Civil española. Estados Unidos, Nueva York sería su residencia definitiva, donde desarrollaría su arte, y daría clases de guitarra por correspondencia a los flamencos de una España, con una sociedad estancada, incluso en retroceso, impuesta a la fuerza por la tiranía franquista.

En cambio Sabicas estaba en un mundo, América, con un sonido acorde a su tiempo y de ello se iba a beneficiar su toque, mientras aquí (1940-1960) la guitarra flamenca -y el baile, y el cante- sólo podía mirar hacia atrás y confiar en las personalidades singulares para tener algún atisbo de avance. Se hacían pequeños descubrimientos técnicos, se perfeccionaba lo ya hecho o se intentaba algún desvío, pero siempre atados a un sonido de otro tiempo (Esto es teoría nuestra desarrollada a partir de lo expuesto por Dueñas, no es su opinión; añadir que cualquier error en esta entrada es de nuestra exclusiva responsabilidad).

Del toque en la España sin Sabicas habíamos tenido muestras en la anterior charla que terminó con Diego del Gastor y su personal ‘toque de Morón’, y ahora con Melchor de Marchena. «Era sobre todo un tocaor de acompañamiento con un don especial para saber responder, ayudar y motivar al cantaor. Poco menos que se lo rifaban», señalaba Faustino sobre un guitarrista que tocó con todos los grandes, desde la Niña de las Peines, Caracol a Mairena, y apenas dejó escuela, «sí ha dejado huella su toque por tientos».

http://www.youtube.com/watch?v=bSDDgEqUhfU

Hubo otros tocaores que también marcharon de España, hacia otra parte de América, a la del Sur, como Esteban de Sanlúcar, que se asentaría en Argentina. En su toque, el recuerdo, la nostalgia de su tierra, «muy próximo al folklore andaluz», como reflejan sus «Panaderas» o su intervención para animar a su casa discográfica, «a que grabaran a Antonio Mairena». Pero las clases por correspondencia de Sabicas iban llegando a este país y los tocaores tomaban nota. Como Luis Maravilla, que escribió un método de guitarra; Pepe Martínez, Mario Escudero (a quienes hemos hecho referencia aquí), o Manuel Cano, por quien «se creará la Cátedra de Guitarra de Córdoba». A todos ellos escuchamos.

dueñasFaustino Dueñas habla sin apuntes, extrayendo de su memoria datos personales de los tocaores y de sus estilos y técnicas (rasgueo, alzapúa, picados…), así como anécdotas de estos y suyas también, algunas relacionadas con los guitarristas protagonistas de su charla. No hay que olvidar que él es tocaor, de larga trayectoria, bien conocido en estas tierras, cuya flamencura representa, recuerda y defiende, al igual que su entrega sin fisuras al flamenco: «Cuando se estudia la historia del arte, de la cultura, de la música, yo no sé por qué no se mete entre los grandes músicos, personajes importantísimos de la historia de España como Sabicas, Ramón Montoya, Niña de los Peines. Si el flamenco lo hubiesen tenido los ingleses, los americanos estoy seguro que los tendrían con letras de oro en su historia».

¿Cuestión de imperialismo? O como dijo uno de los asistentes a la Tertulia: «Es ignorancia. Con eso de que el flamenco no se entiende, pero sin embargo el inglés como lo habla la Botella, se entiende muy bien…».

Se lanzó la propuesta de una nueva charla de guitarra, de entrar en la contemporaneidad del instrumento, a partir de Paco de Lucía, quien junto a Montoya y Sabicas, son, si Faustino Dueñas tuviera que escoger, «los tres genios de la guitarra flamenca».

Ahí quedo lanzado el guante. La próxima cita de la Tertulia Flamenca este viernes, día 21, ocho de la tarde, pone rumbo a Cádiz.

Fuente: http://tiempoflamenco.blogspot.com.es/

Tertulia flamenca: Esta tierra flamenca nuestra (notas de Faustino Dueñas sobre flamencos en Castilla)

Al hablar sobre la guitarra flamenca en la pasada Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid, -en breve subiremos el resumen-, Faustino Dueñas, tocaor vallisoletano, aprovechó para introducir una serie de datos, apuntes, comentarios que señalaban la relación de esta tierra, y las de sus proximidades, con el flamenco.

amador_gonzalezAsí, al hablar de Sabicas relató lo que le dijo Amador González, guitarrista vallisoletano al que citamos en una entrada de este blog sobre la antigua afición flamenca de esta ciudad. Le contó Amador que, «él y Sabicas tuvieron un mismo maestro de guitarra, Laureano Fartó, durante un poco de tiempo que este pasó en Valladolid. Y que tenía un don especial, aprendía con una rapidez fuera de lo común». Luego el genio de la guitarra se fue a Madrid, donde termina su formación, para irse a Barcelona y formar pareja de éxito con Carmen Amaya. El tocaor y la bailaora volverían a aparecer por aquí, el mismo día que se inició la Guerra Civil española.

También dio Faustino una posible explicación a la presencia de aquel joven Sabicas en esta ciudad, su parentesco con la familia de Pepe Montoyita, los Carbonell. Lo que nos lleva a Enrique Morente, casado con Aurora, hija de Montoyita (el enlace que ponemos sobre el guitarrista lleva a su obituario firmado por el reputado crítico y escritor flamenco Ángel Álvarez Caballero, vallisoletano también).

Otras menciones a estas tierras y el flamenco vinieron al hablar de Luis Maravilla, y para ilustrar sonoramente su toque, Faustino optó por una pieza con el cante de Calderas de Salamanca, hermano de Rafael Farina; también incluyó entre los guitarristas escogidos para ilustrar su charla, que abarcó desde Sabicas hasta Paco de Lucía, a Mario Escudero, quien mucho acompañó a nuestro paisano Vicente Escudero; o a José Motos, salmantino, primo carnal de Farina.

josemotosDe este tocaor gitano contó Dueñas, que estudió y terminó la carrera de Derecho, se formó en la guitarra clásica, y al trasladarse a Madrid descubre el flamenco, «tenía una técnica portentosa; tocó sobre todo para el baile -descubrió a El Güito-, y se retiró del flamenco antes de su muerte, prematura, a los 40 años», dejó dos discos grabados. «Me contó Manuel Cano (guitarrista flamenco)», prosigue Faustino, que Motos, «se casó con una belga, una mujer inteligente, se dedicó a los negocios, se hizo millonario y dejó la guitarra».

Con esta serie de nombres, de sucesos reivindicaba Faustino Dueñas la afición vallisoletana y castellana al flamenco, «nuestra cultura»; y lamentaba que «en Valladolid, desafortunadamente», tuviéramos poco flamenco, «creo que es una ciudad con bastante población y entidad como para que tuviéramos más cosas».

De esas pocas cosas que tenemos aquí, aparte de la Tertulia Flamenca, a la que animó a seguir, «en bien del flamenco», citó las Jornadas Flamencas ‘Ciudad de Valladolid’, como única oferta estable. Aprovechamos esta mención a las Jornadas para traer un enlace a una entrevista con Jeromo Segura, ganador de la última Lámpara Minera, entrevistado por otro buen aficionado vallisoletano, Alfredo J. Gómez, con motivo de dicho premio y de lo que supuso para el cantaor su paso por esta ciudad.

O este otro, reseña de una gala flamenca con aficionados vallisoletanos, en el que fue el último acto celebrado en el Cine Roxy antes de su cierre definitivo, y contó con la participación de Dueñas (en la foto, es el tocaor de la derecha).

Hoy hemos hecho un poco de ‘patria’ creemos bastante acorde con lo que es el flamenco, que lo mismo está en lo global como en el cuartito, en lo grande como en lo pequeño, aquí y allá, sin fronteras (Por último señalar que en el Casino de Soria se muestran hasta el 12 de febrero una serie de fotografías dedicadas al baile flamenco, con imágenes de algun@s de sus más ilustres representantes. Y como tenemos un nuevo seguidor y seguidora -Fulgencio y Patricia-, pues vaya este cante por bulerías de Calderas de Salamanca, a uno y otra dedicados. Gracias por seguirnos).

Fuente: http://tiempoflamenco.blogspot.com.es/