Club de cine Espigadores: “Nunca olvidaré el fin de semana en el que murió Laura”

En la sesión anterior vimos una de las más conocidas películas del centenario (nonagenario cuando la rodó) director portugués Manoel de Oliveira, La carta (La Lettre (A carta), 1999). El estilo de Oliveira es particular y requiere, por así decirlo, un poco de paciencia por parte del espectador (“cuando no ocurre nada también ocurren miles de cosas”, según sus palabras). No es extraño que se encendieran algunas linternas durante la proyección.  lalletre http://www.filmaffinity.com/es/film814968.html

Pero tal vez eso sea un síntoma de modernidad, ya que los planos alargados en exceso, el hieratismo de los actores, la voz en off, los diálogos casi declamados… son características de un tipo de cine que encanta a algunos y aburre e irrita a otros (pudimos comprobarlo con la histórica sesión de Sueño y silencio, de Jaime Rosales). El debate posterior fue muy interesante, y en él salieron referencias, por ejemplo, a El año pasado en Marienbad (Alain Resnais, 1961) o a cineastas como Aki Kaurismaki, entre otros.

Lo último que ha rodado don Manoel es un episodio de la película colectiva Centro histórico (2012), que hemos podido ver en la pasada edición de la Seminci. Y su próximo proyecto, si lo hay, lo emprenderá… ¡con 105 años! (nació en Oporto, el 11 de diciembre de 1908). Nunca es tarde si se tienen ganas de contar cosas.

Oliveira, un joven de 99 años:

http://elpais.com/diario/2008/05/20/cultura/1211234403_850215.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Manoel_de_Oliveira

lauraNuestra próxima sesión estará dedicada al cine clásico por excelencia, el cine negro. Veremos Laura (Otto Preminger, 1944), incomprensiblemente desconocida por buena parte de los miembros del club (al igual que su protagonista, Gene Tierney: no sé cuál de las dos cosas es más imperdonable).

Dice nuestro crítico favorito, Javier Ocaña: “Obra maestra (…) y es que el rostro de Gene Tierney enamora a tres personajes, a la cámara, a los espectadores, al acomodador y hasta a las butacas de cine».

http://www.filmaffinity.com/es/film933523.html

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Este es el argumento: El detective Mark McPherson investiga el asesinato de Laura, una elegante y seductora mujer que aparece muerta en su apartamento. McPherson elabora un retrato mental de la joven a partir de las declaraciones de sus allegados. El sugestivo retrato de Laura, que cuelga de la pared de su apartamento, también le ayuda en esta tarea. (FILMAFFINITY)

Laura se convierte en una  red de relaciones ocultas, despecho, drama, amores imposibles y muerte, desde que vemos aparecer en escena al detective McPherson en el inicio de la cinta. El espectador, en este caso, termina cayendo en la misma red al encontrarse atrapado por el misterio que propone este director. Pistas sobre las acciones de los allegados a Laura son entregadas al visionario quien, una vez más, se pierde intentando resolver la clásica duda cinematográfica, «¿Quién es el asesino?»

http://cinefilosucsf.blogspot.com.es/2010/09/laura-1944.html

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Club de Música: Texturas II

Canon cangrejo de J.S. Bach

La forma más común y sencilla de canon es la de la melodía que al ser interpretada por varias voces de manera desfasada da como resultado una textura polifónica. Claros ejemplos son el famoso Frere Jacques (que todavía se escucha en las escuelas) o el manido Canon de Pachelbel. Sin embargo, existen otros tipos de cánones. Sin duda, el que resulta más curioso es el canon retrogradado o canon cangrejo, en el que dos voces interpretan la misma melodía, una leyéndola de comienzo a fin y otra, simultáneamente, desde el final hasta el principio. Como muestra tenemos el Canon Cangrejo de la Ofrenda Musical de J.S. Bach, en el que queda patente la maestría del alemán para los enigmas musicales.

La historia de la Ofrenda Musical es también muy curiosa. En 1747, estando ya Bach en una edad bastante avanzada, viajó a Postdam, a la corte de Federico el Grande de Prusia. El monarca, gran aficionado a la música, había escrito una melodía con la que retar al compositor, quien debía improvisar sobre la misma una pieza fugada. A pesar de que se trataba de una melodía poco adecuada para el desarrollo contrapuntístico, Bach salió airoso del trance. Es más, a su regreso a Leipzig compuso una serie de cánones y piezas fugadas sobre dicha melodía y dedicó la obra al rey. La Ofrenda Musical, concebida como regalo para Federico II, no es sino un presente para la posteridad, un compendio de la genialidad contrapuntística del gran J.S. Bach.

Motetes de John Dunstable. The Hilliard Ensemble

Dunstable

El Renacimiento es la edad de oro de la música polifónica, es decir, aquella que está escrita para varias voces que se mueven de manera independiente. A pesar de que se trata de una música extremadamente bella, en muchas ocasiones nos resulta extraña. La explicación está en que vivimos rodeados de música homofónica, en la que hay una prevalencia de la melodía sobre el acompañamiento, y donde el ritmo y la repetición juegan un papel fundamental. Por eso, cuando escuchamos la polifonía nos sentimos inseguros, al oír tantas voces al mismo tiempo no sabemos qué escuchar y al no tener estructuras repetitivas sentimos que no sabemos dónde estamos. Pero precisamente son estas nuevas sensaciones las que hay que aprender a disfrutar, pues en un mundo que se mueve a un ritmo acelerado, conviene parar y deleitarse con esos sonidos que parecen detener el tiempo y regalarnos un trocito de eternidad.

Son muchos los compositores renacentistas de valía, como los famosos Palestrina o Tomás Luis de Victoria. En este caso se ha querido sacar a la luz un autor desconocido por las masas, el inglés John Dunstable (1385-1453). De entre todas las obras que contiene el CD, destaca el Veni Sancte Spiritus, una pieza musical impresionante en todo momento en la que se encarna la preferencia inglesa por la sonoridad plena.

En la Biblioteca: http://rabel.jcyl.es/cgi-bin/abnetopac/abnetopac?SUBC=BPVA&ACC=DOSEARCH&xsqf01= Dunstable+John+Motets