Tertulia flamenca:Hubo habido una actuación de Agujetas y El Torta

Se reunió la Tertulia Flamenca en la Biblioteca Pública de Valladolid para asistir a una proyección que recogía una actuación en directo de Agujetas y El Torta, allá por los 90, en Zamora (¿una peña?). Grabación casera, grabación pirata como se decía de aquellas que se hacían de tapadillo, no oficialmente o de manera ilegal a músicos de rock tiempos atrás, que llegaban a prensarse en vinilo o circulaban en cintas de casete, y eran muy apreciadas por los seguidores de estos músicos. Poco importaba a estos fans que el sonido no fuera brillante, incluso poco brillante, los fans sabían reconocer las canciones, las voces, la música, llegando a apreciar, y saborear, los detalles, las variaciones respecto al tema  o temas originales legalmente editados.

Con la grabación de estos dos cantaores sucedía algo parecido. Disfrutaron de ella l@s más aficionad@s, quienes ‘pasaban’ por alto el sonido no muy bueno de la grabación para entrar en el cante, saber lo que estaban cantando y cómo lo estaban cantando; otr@s no disfrutaron de la misma forma y así lo expresaron.

Una actuación en la que Agujetas y El Torta estuvieron pletóricos. Haciendo el cante por el que se les tiene en tan alta valoración, ese cante que duele, a ellos y a quienes le escuchan; que te deja vacío para llenarte (probablemente de otro vacío, el natural); un cante invasivo porque pasa por encima de cualquier prevención del oyente; cante ‘salvaje’ por natural, pensado y repensado por sus artífices para que así salga y sea.

Sabemos de la personalidad de los dos cantaores. Introspectiva, la de El Torta, que actuó primero; a su aire natural, la de Agujetas. Las imágenes dejaron muestras de ambas, más en el caso de Agujetas -sacó a su mujer japonesa a bailar; hablaba o se metía con los asistentes…-, cantaor al que valoramos en lo más alto del flamenco.

A l@s más aficionad@s les gustó y mucho la proyección, condiciones sonoras y visuales al margen, como así han expresado a este narrador habitual de las citas de la Tertulia Flamenca, ausente ese día por causas ajenas a su voluntad. El relato de su recuerdo sobre lo oído y visto en esa proyección hace que, en cierta forma, me sienta como si hubiera estado allí.

Fue la cita de despedida de 2014 de la Tertulia; nos vemos en el 2015. Que tengan  Felices Fiestas.

Club de cine Espigadores: ¡Rodar o morir!

Para terminar el año, nada mejor que una película divertida, incluso para el mismísimo Carlos Boyero, que opina de ella: «Original y muy simpática». Además, nos toca de cerca por dos razones: por un lado, otorgamos a Tom DiCillo el galardón al mejor nuevo director en la Seminci del 95; por otro, su argumento está centrado en el mundo del cine, un tema que nos apasiona, ¿verdad?

Escena películaCómo hacer cine o, más bien, cómo se las arregla uno para hacer cine sin presupuesto. Y no es fácil: “con «Living in Oblivion» uno se da cuenta de que esto de hacer cine no es tan divertido como imagina”.

Vivir rodando, además de tratar del cine independiente, es también ella misma una película de cine ‘indie’: no en vano ganó el premio al mejor guión en el festival de Sundance. Este año veremos alguna más de estas características, de épocas bien diferentes (desde los 70 hasta nuestros días), y analizaremos sus puntos en común (si los tienen).

Escena películahttp://elgabinetedeldoctormabuse.com/2011/02/22/vivir-rodando-living-in-oblivion-1995-de-tom-dicillo/

 “El rodaje de una película de bajo presupuesto da lugar a un brillante enredo satírico, que es también una cariñosa pieza de cine-dentro-del-cine; como «La noche americana», pero en ‘indie’.

Con una tonelada de inteligencia, DiCillo aprovecha a fondo tres bazas: la oposición entre lo soñado y lo real, entre lo filmado y la filmación, y entre el color y el blanco y negro.

La paciencia del espectador es puesta a prueba el primer cuarto de hora, pero a partir de ahí la película empieza a ganar, creciendo rápido gracias al brío del guion, hasta alcanzar hilarantes momentos de total soltura, llenos de comicidad ingeniosa.

Buscemi, en su salsa, se luce, y Catherine Keener, que se echa a la espalda un papel técnicamente difícil, lo saca adelante de calle.

Otra demostración de que con cuatro cuartos y talento se pueden hacer buenas películas.”

http://www.filmaffinity.com/es/user/rating/590705/571842.html

Pues eso: ¡Rodar o morir!

Cartel de la película

Vivir rodando (Living in Oblivion, Tom DiCillo, 1995) 90’

Biblioteca Pública de Valladolid, jJueves, 11 de diciembre de 2014, 19:00 h