Tempus fugit. Acabó un nuevo curso, y lo hace precisamente en una de las noches más especiales del año: el solsticio de verano. Por eso elegiremos una película también especial.
Pero antes, un somero repaso a lo que hemos visto desde la última entrada. Tras la horrorosa (en todos los sentidos) La última casa a la izquierda (Wes Craven, 1972), que provocó algunas deserciones, se ha proyectado en nuestro club:
31 marzo 2016: Antes del anochecer (Before midnight, Richard Linklater, 2013) 104’
14 abril 2016: Harold y Maude (Hal Ashby, 1971) 90’
28 abril 2016: Lisboa Story (Historias de Lisboa) (Wim Wenders, 1995) 100’
12 mayo 2016: Las malas hierbas (Alain Resnais, 2009) 104’
26 mayo 2016: El árbol de los zuecos (Ermanno Olmi, 1978) 175’
9 junio 2016: Interiores (Woody Allen, 1978) 93’
Y, para esta noche tan especial, aprovechando dos circunstancias, a saber: que celebramos el centenario de William Shakespeare y que el domingo acudiremos de nuevo a votar, vamos a ver una peli basada en El sueño de una noche de verano, y tendremos que elegir entre dos opciones (no sé si extremistas o moderadas 🙂
Hay varias versiones del clásico de Shakespeare (consúltese la Wikipedia), más o menos fieles al original:
Vamos a elegir, sin embargo, entre dos adaptaciones personales de dos directores que hemos visto durante este curso:
- Sonrisas de una noche de verano (Sommarnattens Leende, 1955), versión dirigida por Ingmar Bergman. 109’
- La comedia sexual de una noche de verano (1982), dirigida por Woody Allen. 88’
Ambas tienen ciertas semejanzas con el modelo del bardo inglés, pero no siguen ni la trama ni los diálogos originales.
Lo someteremos a votación democrática, y ganará quien obtenga mayoría simple de los votos emitidos, sin necesidad de pactos postelectorales.
Propongo que leamos durante el estío la obra de teatro original e inauguremos el próximo curso con la película que resulte descartada.
¡Queda inaugurado el verano!