Tertulia flamenca: La guitarra moderna

«Su precisión rítmica, de compás es la propia de los tocaores actuales, antes de él no se tenía esa precisión. Sabicas es el padre de la guitarra moderna». Mientras, en la cuna del flamenco la guitarra sonaba así:

En su nueva cita, la Tertulia Flamenca de la Biblioteca Pública de Valladolid volvió a ocuparse de la guitarra flamenca allí donde se había quedado en la anterior charla . De nuevo con Faustino Dueñas como conductor de la historia del toque a través de los tocaores que, «han dejado un sello, una impronta, han tenido una fuerte o singular personalidad». Antes de empezar se recordó a Juan Moneo ‘El Torta’, cuya «lamentable» pérdida aún sentimos con hondo pesar.

«Para mí hay un antes y un después de conocer a Sabicas», contó Faustino citando lo dicho por Paco de Lucía sobre el exiliado guitarrista y su descubrimiento, «de una nueva forma de tocar, un sonido distinto, una perfección, una claridad y una potencia fuera de lo común, una velocidad sin perder el ritmo, que es dificílisimo». El tocaor gitano nacido en Pamplona estaba en lo más alto de su carrera cuando al unirse a Carmen Amaya estalla la Guerra Civil española. Estados Unidos, Nueva York sería su residencia definitiva, donde desarrollaría su arte, y daría clases de guitarra por correspondencia a los flamencos de una España, con una sociedad estancada, incluso en retroceso, impuesta a la fuerza por la tiranía franquista.

En cambio Sabicas estaba en un mundo, América, con un sonido acorde a su tiempo y de ello se iba a beneficiar su toque, mientras aquí (1940-1960) la guitarra flamenca -y el baile, y el cante- sólo podía mirar hacia atrás y confiar en las personalidades singulares para tener algún atisbo de avance. Se hacían pequeños descubrimientos técnicos, se perfeccionaba lo ya hecho o se intentaba algún desvío, pero siempre atados a un sonido de otro tiempo (Esto es teoría nuestra desarrollada a partir de lo expuesto por Dueñas, no es su opinión; añadir que cualquier error en esta entrada es de nuestra exclusiva responsabilidad).

Del toque en la España sin Sabicas habíamos tenido muestras en la anterior charla que terminó con Diego del Gastor y su personal ‘toque de Morón’, y ahora con Melchor de Marchena. «Era sobre todo un tocaor de acompañamiento con un don especial para saber responder, ayudar y motivar al cantaor. Poco menos que se lo rifaban», señalaba Faustino sobre un guitarrista que tocó con todos los grandes, desde la Niña de las Peines, Caracol a Mairena, y apenas dejó escuela, «sí ha dejado huella su toque por tientos».

Hubo otros tocaores que también marcharon de España, hacia otra parte de América, a la del Sur, como Esteban de Sanlúcar, que se asentaría en Argentina. En su toque, el recuerdo, la nostalgia de su tierra, «muy próximo al folklore andaluz», como reflejan sus «Panaderas» o su intervención para animar a su casa discográfica, «a que grabaran a Antonio Mairena». Pero las clases por correspondencia de Sabicas iban llegando a este país y los tocaores tomaban nota. Como Luis Maravilla, que escribió un método de guitarra; Pepe Martínez, Mario Escudero (a quienes hemos hecho referencia aquí), o Manuel Cano, por quien «se creará la Cátedra de Guitarra de Córdoba». A todos ellos escuchamos.

dueñasFaustino Dueñas habla sin apuntes, extrayendo de su memoria datos personales de los tocaores y de sus estilos y técnicas (rasgueo, alzapúa, picados…), así como anécdotas de estos y suyas también, algunas relacionadas con los guitarristas protagonistas de su charla. No hay que olvidar que él es tocaor, de larga trayectoria, bien conocido en estas tierras, cuya flamencura representa, recuerda y defiende, al igual que su entrega sin fisuras al flamenco: «Cuando se estudia la historia del arte, de la cultura, de la música, yo no sé por qué no se mete entre los grandes músicos, personajes importantísimos de la historia de España como Sabicas, Ramón Montoya, Niña de los Peines. Si el flamenco lo hubiesen tenido los ingleses, los americanos estoy seguro que los tendrían con letras de oro en su historia».

¿Cuestión de imperialismo? O como dijo uno de los asistentes a la Tertulia: «Es ignorancia. Con eso de que el flamenco no se entiende, pero sin embargo el inglés como lo habla la Botella, se entiende muy bien…».

Se lanzó la propuesta de una nueva charla de guitarra, de entrar en la contemporaneidad del instrumento, a partir de Paco de Lucía, quien junto a Montoya y Sabicas, son, si Faustino Dueñas tuviera que escoger, «los tres genios de la guitarra flamenca».

Ahí quedo lanzado el guante. La próxima cita de la Tertulia Flamenca este viernes, día 21, ocho de la tarde, pone rumbo a Cádiz.

Fuente: http://tiempoflamenco.blogspot.com.es/

Tertulia flamenca. La guitarra: los patriarcas

«La escuela primitiva o antigua es muy de pulgar, rasgueos sencillos, alguna falsetita, con un punteo muy bajo, que se empieza en lo que se llama tirar para arriba, ir de la zona aguda a la grave, de la prima a la sexta».
Continuamos la charla de Faustino Dueñas, guitarrista y aficionado flamenco vallisoletano, sobre la guitarra flamenca en la Tertulia Flamenca de la Biblioteca Pública de Valladolid, y algunos de sus primeros y más señalados protagonistas.
El Maestro Patiño, a quien se atribuye la incorporación de la cejilla al flamenco, «para así mejor coger el tono del cantaor;» Juan Gandulla; Manolo de Huelva, «sentido del ritmo, del compás enorme; a todos los de Jerez les gusta mucho»; Miguel Borrull hijo; Javier Molina, «quien va marcar, con ciertas reservas, la escuela jerezana del toque. Los Morao fueron alumnos de este hombre -vivió cerca de 100 años- de formación musical bastante sólida, hacía dúos de guitarra, pasaba óperas, operetas, zarzuelas a la guitarra. Su falseta por seguiriyas se sigue tocando».
Una nueva escuela: Ramón Montoya. «Por entonces, los tocaores ya usan casi todas las técnicas actuales, los trémolos, arpegios, sonidos armónicos, utilizan todo el diapasón de arriba abajo –se solía utilizar sólo cinco trastes, era raro que se pasase del cuarto para abajo-, con Montoya se marca el inicio de la guitarra actual… Su padre era de Medina de Rioseco (Valladolid) y su madre de Fregenal de la Sierra (Badajoz)… Su toque no era nada gitano, le gustaba un toque dulce, ideal para Chacón, con el que formó una de las grandes parejas del cante y el toque… Te podía hacer llorar… fue el primero en grabar un disco en solitario, para una casa francesa… su guitarra se llamaba La Leona… estoy convencido que tenía, también, una formación clásica…».

Ramón Montoya

Ramón Montoya

«¿Cómo hubiera sido el cante sin la guitarra?, ¿Camarón habría sido lo mismo sin Paco de Lucía, y viceversa? Montoya si no hubiera tenido a Chacón, ¿cómo habría sido?, y al revés, lo mismo… La guitarra y el cante no se pueden entender por separado… No es que la guitarra esté supeditada al cante… La guitarra más completa es la de acompañar…». Faustino opinaba, respondía a algunas preguntas de los presentes, mientras proseguía su charla citando nombres de tocaores históricos. Como Perico el del Lunar, padre.
«No dejó escuela, salvo su hijo. Con él empiezan las grabaciones en microsurco. La importancia de este hombre está en su gran afición al flamenco, además era un buen cantaor; siempre luchó para que el cante no se pierda. La caña que conocemos, la de Rafael Romero, se la enseñó él; y se le debe la Antología Flamenca de Hispavox (1954), con todos los cantaores más representativos y todos los cantes (el de la Matrona, Bernardo de los Lobitos, Jacinto Almadén, Roque Montoya, el Sernita…). Es algo tenemos que agradecérselo todos los aficionados, hay quien dice que es como el Antiguo Testamento. Tenía una gran técnica, sin trémolos, ni cosas de esas, pero tenía una justeza de toque, un gran sentido de la música para acompañar. Empezó con Chacón, que le cogió en su última época, y si cogió al del Lunar por algo sería».

Niño Ricardo

Niño Ricardo

Niño Ricardo, «que creará escuela; después de Montoya uno de los guitarristas más influyentes. Su fuerte era el acompañamiento tanto del cante como del baile; cambia algunas formas clásicas de Montoya, introduce arpegios nuevos, muy personales. Es una de las principales referencias para Paco de Lucía, dicho por él Estamos casi en la guitarra actual».
Diego del Gastor: «Va a marcar un estilo, el de Morón, con bastantes seguidores, sobre todo de Estados Unidos, y algunos detractores, no sé por qué. Personaje singular, estudió con el guitarrista Pepe Naranjo, y dice que se iba detrás del Niño Ricardo, pero tocaba como le daba la gana, y muy bien, por cierto. Toca a cuerda pelá, dar una nota solo; con un sentido del ritmo muy suyo, diferente del resto… acompañaba bastante bien, aunque no lo  hizo mucho, no entró del todo en el mundillo profesional, decía que tenía medios vivir y por eso tocaba cuando quería. Y hacía bien. La sintonía de Rito y Geografía del Cante es una falseta suya».
Inciso: «Los de la escuela catalana acompañan imitando al piano, no usan prácticamente rasgueos, hacen mucho arpegio, melodías (Ramón Caro, por ejemplo). El rasgueo es como el alma flamenca, si se lo quitas al flamenco es como si le quitas el arroz a una paella».
Con unas palabras dedicadas a Esteban de Sanlúcar -«apoyó las primeras grabaciones de Antonio Mairena; su forma de tocar tiene elementos del folklore andaluz, que lleva al campo flamenco, como los panaderos, que popularizó Paco de Lucía«-, la charla llegó a su fin. El tiempo disponible dejó en el aire otros nombres: Melchor de Marchena, Luis Maravilla, Pepe Martínez… y Sabicas. Sobre los que se volverá, tal fue el compromiso con Faustino Dueñas, quien a un@s introdujo, a otr@s recordó el mundo de la guitarra flamenca: «Su dialéctica es sentimental, conmueve o no, pero no tiene que convencer», escribieron los hermanos Caba Landa, allá por principios de los años 30 del siglo pasado, cuando la sonanta pasa a formar, o ya era, parte de la creación del flamenco.
Un libro: La guitarra. Historia, estudios y aportaciones al arte flamenco, de Manuel Cano (Universidad de Córdoba, 1986).
La próxima cita del Club Flamenco, el día 22 de este mes; el asunto a tratar: historia social del flamenco.