Tertulia flamenca: Capuletti, el despertar de un artista y de un flamenco

José Manuel Capuletti, «enorme pintor, dibujante extraordinario, en cuya obra tiene una importancia fundamental el flamenco». Motivo para estar presente en la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid; penúltima Tertulia de la temporada (La despedida será el 23 de junio, con la habitual fiesta).
Capuletti, también o además, por haber nacido en Valladolid, en 1925; una ciudad que ha dado poco, pero interesantes nombres al mundo del flamenco (La Revista Zoco Flamenco dedicará un artículo, en su número de junio, al flamenco en Castilla, nos avanzó Enrique Miralles, conductor y ponente de la Tertulia, en general, y de Capuletti, en particular; los entrecomillados son suyos).
Ya hemos dado algunos nombres aquí, el conocido de Vicente Escudero, el de Pepe Montoyita y sus hermanos; también el del crítico y autor de libros de flamenco, Ángel Álvarez Caballero; recientemente el de Rodolfo Otero; Mariemma; la Rubia de Málaga, que recordó hace poco Pedro Sanz, implicado en su descubrimiento vallisoletano (pronto la traeré por aquí), entre otros y otras; aparte de una larga tradición de aficionad@s flamenc@s, aportando lo suyo a la difusión del flamenco como hizo el vallisoletano Fernán A. Casares fundando el tablao Zambra, en 1954, en Madrid.
La relación de Capuletti no sólo está en su famosa serie de retratos de artistas flamencos; también en portadas de discos, carteles para festivales y en decorados para ballet españoles o de baile flamenco -«para él el baile era pintura en movimiento»-, por donde empezó a darse a conocer.
Primero para la Compañía de Pilar López. El pintor vallisoletano entra en contacto con la hermana de La Argentinita en una actuación de esta en Valladolid y realizará la escenografía de un par de sus obras. Segundo, con la compañía de José Greco. «El bailarín veía a un muchacho en el teatro», cuenta Enrique, «que no paraba de dibujar durante toda la actuación; se dirige a él, le gusta lo que hace y le contrata».
Y saldrá de gira con José Greco, fuera de Valladolid y de España, por primera vez. Esto ocurre en la década de los 40, del siglo pasado. Capuletti es un veinteañero -nace en 1925-; hijo de un padre peluquero con local propio (Peluquería Lillo) en zona céntrica de la capital, la Calle Santiago; su afición por la pintura y el dibujo empieza en la infancia; y en la adolescencia, su afición por el flamenco, con amistades como «la de un personaje del que no se tienen muchos datos, El Tufo; debía ser un cantaor bastante purista». Estudiará Capuletti en el Instituto Zorrilla y después en el Colegio Lourdes, este de curas, uno de los varios que había -y hay- en esta ciudad -y otros tantos de monjas-; ahora, sitúense en aquellos años de guerra civil y postguerra en una ciudad que fue la primera en adherirse a los golpistas contra la República e iniciar la depuración de todo aquello que no fuera católico, apostólico, romano, falangista o fascista; y los curas hicieron su trabajo a través de la educación.
Probablemente el trato de Capuletti -por imperativo familiar- con los de la sotana estimulara su vena artística, entendida como señal de rebeldía, de inconformismo, como el hecho de llevar el pelo largo, en aquellos años, o su atracción por el flamenco. Por lo que este representaba en una sociedad sin opciones más que las obligatorias: lo diferente, lo prohibido, lo mal visto.

Autorretrato

En 1993 el colegio Lourdes dedica una exposición a Capuletti, en plan ‘famosos’ antiguos alumnos; el catálogo se encuentra en la Biblioteca Pública de Valladolid, no prestable, sólo para consulta; al igual que Capuletti: el autor y su obra, de José Carlos Brasas Egido, el texto más completo sobre el vallisoletano con más de 450 páginas, editado  por Caja de Ahorros Provincial, en 1987.
Regresa Capuletti a Valladolid tras la gira con Greco, con una novia, bailarina de la compañía, con la que se casará y será musa de su pintura, Pilar López -no la hermana de La Argentinita. Hasta que decide irse a París, y comenzar a ser el artista que quería ser.

Regresará a España, pero no a Valladolid, sino a Andalucía.

Tertulia flamenca: Después del baile de Rodolfo Otero, la pintura de otro vallisoletano, Capuletti

«Porque… quiero», dice Enrique, coordinador, factótum de la Tertulia Flamenca de la Biblioteca Pública de Valladolid al anunciar que la próxima cita -26 de mayo- estará dedicada al pintor vallisoletano Capuletti.
Otro vallisoletano relacionado con el flamenco a través de sus pinturas. Sabido es. Quique hizo el anuncio al finalizar la Tertulia dedicada al bailarín vallisoletano Rodolfo Otero, presente en el salón de actos de la Biblioteca. Se trataba de hablar del baile al hilo de la publicación del libro, Rodolfo Otero: Amor por la danza (Ediciones Fuente de la Fama, 2017), conmigo, su autor, como presentador-partenaire.
En el libro dice Rodolfo sobre Capuletti: Le conocí, claro. Mi hermano le dejó unos libros que eran de mi padre. La peluquería Lillo, que estaba en la calle Santiago – ya no existe-, era de su padre. Estaba el hombre que no sabía qué hacer; estaba asediado. Llevaba unas patillas, y unos pelos… no le dejaban ser como él era. Y era un dibujante de primera categoría. Era muy amigo de mi hermano, que en paz descanse. Capuletti tenía, en ese momento (años 50, s. XX), la trayectoria que te dejaban tener en Valladolid. Aquí se hizo, y aquí a luchar, con todo.

Disfrutamos del baile, en vídeo, de La Argentina, Vicente Escudero, Carmen Amaya, Antonio el Bailarín -fue jefe de Otero durante ocho años-, del cante de Antonio Mairena, Jarrito (con un joven Paco de Lucía), y las intervenciones de Rodolfo -tan animado como siempre-, muchas de ellas recogidas en el libro, del que ya he comentado algo sobre su contenido aquí.

Poco más puedo decir sobre el acto, tal vez comentar las sensaciones que esto de ‘autor’ debutante, presentación libro me provoca. No será hoy.
Sí decir que sirvió para que la Tertulia avance, porque cuesta montar propuestas para cada cita. Ideas hay, tiempo… Una de ellas, abordar a Enrique Morente, cuyo nombre salió por dos veces en la charla. Una, para señalar su opinión sobre Antonio el Bailarín, «genial artista; asombroso» (una relación con Valladolid, casado con Aurora, hija de Pepe Montoyita, nacido aquí); otra, como el ‘heredero’ del futuro del Cante señalado por Mairena (al finalizar, decía Paco el de la Renfe que no le extrañaba tal elección, «los dos son muy aburridos»; apreciación que aparece en el libro, La vida y la muerte en Antonio Mairena -Editorial Pre-Textos, 2006-, de José Luis Bonachera, que he terminado de leer hace poco. Interesante y, para ser una especie de tésis doctoral, ameno, por la retranca  empleada por el autor en algunos pasajes de un libro que se plantea al cantaor desde lo artístico; ¿influye la homosexualidad en ello?, me pregunto, sobre todo a raíz del análisis que hace de El calor de mis recuerdos, último disco de Mairena; se toca el tema de la homosexualidad en la charla; Rodolfo expone su teoría sobre Escudero y por qué escribió su decálogo relacionada con la homosexualidad, yo no me la acabo de creer, por eso no la incluí en el libro; Rodolfo es heterosexual, por si alguien tiene dudas o se hace preguntas, y vivió el tema de la homosexualidad en un tiempo -franquismo- en el que, se podía borrar todo lo que valiese la persona, si su homosexualidad se hacía pública).

También se hicieron un par de anuncios en la Tertulia por parte de Pedro Sanz, referidos a Rodolfo Otero y las Jornadas Flamencas ‘Ciudad de Valladolid’, cuya catorce edición se celebrará entre el 5 y el 10 de junio. A los avances ya dados de conocer en el feisbu de Pedro y en este blog, de los cursos de guitarra y baile, del homenaje a Pencho Cros y Blanca del Rey, de la actuación de Perico el Pañero en la Trasnoche (escuchar vídeo), se suma… bueno, tendréis que esperar un poco, ya que pronto podremos dar el programa completo.

Lo primero que tiene que tener un bailaor es lo que dicen los gitanos: Amor por la Libertad (R. Otero).

Tertulia flamenca: Por Bernie. Cantes para la solidaridad

Biblioteca Pública de Valladolid. Salón de Actos a reventar, habla Enrique Miralles:
«Hemos cambia

Bernie, por Diego González Lasala.

do el formato de la Tertulia Flamenca, nos salimos de lo habitual porque uno de los partícipes de la Tertulia, un compañero desde el principio, desde hace más de seis años que llevamos funcionando, ha tenido un percance de salud, serio, en diciembre. Se va recuperando.

Además de ser un gran aficionado al flamenco, un buen amigo, Bernardo, es un hombre solidario. Prueba de ello es toda la gente que está aquí (…)»
Tras la proyección de un vídeo-homenaje se abrieron las puertas del salón de actos para dar paso a la música y al cante en el patio de la Biblioteca.

Los integrantes de la Asociación Punto Flamenco (Óscar, Toño, Marcos, Miguel Uña) abrieron por alegrías la ronda de cantaores y cantaoras, de tocaores, que fueron sucediéndose a lo largo de la tarde-noche en la Biblioteca.

Clementino y Clarito, venidos desde Zamora; Enrique Lozano el Pescao, desde Palencia; Castañeta, Rafa, Mila, Silvia Verdugo y otros, de Valladolid, fueron desgranando palos flamencos ante una numerosa asistencia y la mirada, los oídos embargados de emoción de Bernardo, como así expresó: “Estoy muy emocionado por el homenaje. Y muchísimas gracias a todos. A toda la gente que está conmigo y me ha apoyado. No puedo decir más. Muchísimas gracias”.

Gracias a ti, Bernie.

La próxima cita de la Tertulia Flamenca -28 de abril- irá en torno al baile, el flamenco en un tiempo concreto, mediados del siglo XX, con Antonio el Bailarín como eje, y conectado con esta ciudad, Valladolid, a través de otro bailarín, el vallisoletano Rodolfo Otero. Con motivo de la próxima publicación de un libro a él dedicado, Amor por la danza, que se presentará en la Casa Revilla el viernes 21 de abril, a las 19.30 h.

Fuente: tiempoflamenco

Tertulia Flamenca: La copla, retrato intermitente

La copla, canción española, canción andaluza como prefería llamarla Paco de Lucía y utilizó este nombre para despedirse discográficamente, fue objeto de atención de la pasada Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid. «Es algo que está ahí», por resumir los por qué de dedicar una Tertulia a este género, que no parece tener nada que ver con el flamenco, aunque much@s flamenc@s hayan cantado estas canciones. Realmente, ¿nada que ver? Veremos.
Lo que sí encontramos son sorpresas, elementos llamativos de un tipo de canción plenamente española, andaluza.

De Paco, el de la Renfe

Siempre que se puede un dibujo, una pintura acompaña el tema a tratar en la Tertulia. El de Paco define a la perfección los estereotipos en los que se va mover, transmitir, fijar la copla. Y es esa imagen típica de España-Andalucía, la que se propagó por el extranjero en el siglo XIX y permaneció hasta bien entrado el siglo XX, hasta la década de los 60, momento en que la copla pasa a recibir otro nombre, canción folclórica.
También fija el dibujo los tópicos de las letras, de las historias que cuentan las coplas; con excepciones.
Cuplés, chotis, pasodobles, zarzuela, de aquí saldrá buena parte del soporte musical de la copla, que inicia su propagación en los años 20 del siglo XX, con gran acogida popular. Justo después de la 1ª Guerra Mundial, la guerra que potenció los nacionalismos, que terminó con una posible unidad de los pueblos, apuntada por el arte de pre-guerra que traía, verdaderamente, nuevas propuestas en la pintura, la música -culta y popular (el tango, la chanson, el jazz cantado y Tin Pan Alley, lo que hubiera en Italia, Alemania…)-, la literatura, el teatro, el cine, el cómic…
En Una historia del flamenco, José Manuel Gamboa señala el 22 de diciembre de 1928 como fecha del estreno, en el Teatro Pavón (Madrid) de La copla andaluza, de Quintero y Pascual Guillén, que no iba de coplas, sino de flamenco. De teatro flamenco o comedia flamenca, un nuevo invento como lo fue la ópera flamenca para atraer al público. En esta obra, y las que la siguieron (El alma de la copla…), se fijarán los tópicos andaluces-españoles.
Esta es la única referencia que hay en el libro de Gamboa a la copla. Por lo que deducimos que la copla nada tiene que ver con el flamenco (Lo que no quita que en su texto para el disco de Paco de Lucía, Canción andaluza, ofrezca Gamboa algunas muestras de su alegre y extensa sabiduría flamenca y ofrezca información de conexiones copla-flamenco. El texto lo podéis, y deberíais, leer aquí).
En esos años, la copla discurre paralela al cante, pero su manera de hacer, de actuar es bien diferente. El cante no cuenta historias, la copla sí. Cuando el cante hace copla no cuenta/canta una historia sino que se fija en el sentimiento de la historia y a partir de ahí se hace el cante, el flamenco es así (ver el vídeo arriba, de Manuel Vallejo o el de Angelillo con «La hija de Juan Simón», que vimos en la Tertulia). La copla espera hasta al final para desbordar el sentimiento, como las películas clásicas; mientras, interpreta, actúa. Planteamiento, nudo, desenlace, funciona tan bien, es tan reconocible, por tanto seguro para el oído, como una marcha militar o una canción de los Beatles, la la la (Buika en su acercamiento ‘limonero’ a la copla opta por hacer el cante en lugar de cantar, interpretar; no siempre lo consigue y es que con material anticuado todo es más difícil, pero en La falsa monea creo que lo borda).
La copla, ya como canción española, será la banda sonora de este país después de su guerra civil, las canciones para después de, que llamó Basilio Martín Patino, en su película. Son los años más duros de la tiranía franquista, donde todo está reprimido, y ese todo incluye los sentimientos. Y la copla estaba llena de sentimiento. Y en ellos se reconocían l@s oyentes, en especial las mujeres. En la copla encontraban verdades, de su vida y de la vida, que no podían exteriorizar, por la cuenta que les traía.

Rafael León fue un letrista prolífico, miles de letras. Era homosexual. La homosexualidad también va a encontrar en la copla sus verdades, sus sentimientos, aún más reprimidos que los de las mujeres, por el orden social.
La Tertulia comenzó con Ocaña interpretando «Yo soy esa», ante el público de su Barcelona. Ocaña, icono de la homosexualidad a mediados de los 70; una homosexualidad que como la mayoría de los españoles ya no podía aguantarse tanto sentimiento reprimido, que salía a la calle, con o sin Franco. Su vida, su pensamiento, su acción quedó fijada en Ocaña, retrato intermitente, debut en el cine de Ventura Pons. L@ vimos.
Llegaban tiempos de renovación o de revaloración de la nostalgia, la copla continúa, aún hoy, en manos de otros músicos, cantantes, se mezcla con otras músicas. Las historias continúan, falta mucho para la libertad.
http://www.youtube.com/watch?v=HlxohdT9um0

La Biblioteca Pública de Valladolid celebra la adquisición del flamenco improvisao de La Farruca

El pasado viernes a las doce del mediodía, en la Biblioteca Pública de Valladolid, se concentraba un gentío de aficionad@s convocados por la noticia de la visita de La Farruca, La Serrata y el resto de su compañía venida a nuestra ciudad, porque esa noche presentaría en el Teatro Zorrilla el espectáculo, Del fuego y la memoria.

Aficionad@s al flamenco -much@s de la Tertulia-, músicos y bailaor@s de la ciudad, a l@s que se irían sumando otras personas que por la Biblioteca estaban, contagiados por un ambiente diferente; se palpaba una cierta excitación ¿alguna manifestación? Sí, del flamenco improvisao que iba a acontecer en ese momento.

Empezaron en el vestíbulo de la Biblioteca entonando unos cantes, sonando toques, unas palmas. La Farruca y La Serrata escuchando a toda su troupe: las guitarras de David Caro y Fity Carrillo; el cante de Juanillorro, Javier Flores el Indio, Ezequiel Montoya, Juan Fernández el Negro; las palmas de los percusionistas El Eléctrico y Lolo Montoya. El soniquete se extendía por la Biblioteca a medida que los artistas subían las escaleras en dirección a la sala de lectura. Allí formaron el círculo y ya caras alegres, sonrisas, asombro, excitación en aumento y ver un baile como nunca much@s habrán visto, en vivo y en directo -y me incluyo-. y otr@s sí; todos celebrabando el baile gitano y flamenco, explosivo.

 Y tras la explosión, al patio de la Biblioteca. ¡Al aire! Los jaleos se liberan entre l@s asistentes, la intensidad sube de nivel; hasta un grupo de niñ@s de visita en la Biblioteca se suma a la fiesta. Ah, el futuro. Habrá sido testigo de un momento único, el baile de La Farruca. Desde el otro día la gitanería flamenca de su baile se ha unido al conocimiento que vive, y se disfruta, en la Biblioteca.
Vámonos, vámonos. Dejemos los libros ahora bailando sus historias y saberes palpitando aún más en las estanterías, a estudiantes reactivad@s para devorarse sus estudios, una vibración flamenca resonando por el edificio. Y a la calle. Alegres. Agradecidos a los artistas y a quienes han hecho posible este acontecimiento en la Biblioteca Pública de nuestra ciudad, un regalo, otro.
Se forman corrillos, se intercambian corrillos por la plaza, lo que pueda pasar a partir de ahora ya es otra juerga.

Tertulia Flamenca: José Antonio Rodríguez: el guitarrista, el músico, el artista

La primera cita de la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid, en este 2017 se abrió con un invitado de lujo e inesperado, el guitarrista José Antonio Rodríguez (Córdoba, 1964). Inesperado al ser una iniciativa suya el acercarse a la afición flamenca vallisoletana (petición realizada a través de la Asociación Punto Flamenco).
Y un lujo por la categoría del invitado, dada su reputada y reconocida extensa trayectoria dentro del mundo flamenco y de la música. Y allí estaba entre nosotr@s el pasado 20 de enero, un día antes de su actuación en el Teatro Carrión de Valladolid, donde presentaría su nuevo proyecto, Manhattan de la Frontera.
Sería la primera vez que actuaba en Valladolid capital en sus casi 40 años de carrera musical (dato para sacar conclusiones). Pero no la primera en la provincia vallisoletana. Recordó que hace 33 años estuvo en Medina del Campo acompañando a la guitarra a José Mercé, en el Festival Flamenco de la localidad vallisoletana, que aún continúa celebrándose gracias a aficionados como Faustino Dueñas, a quien señaló el guitarrista cordobés entre los asistentes ese día a la Tertulia, en la que también estuvieron músicos como el guitarrista vallisoletano, Raúl Olivar, amigo de Rodríguez.
Casi dos horas departiendo con l@s asistentes que llenaban el salón de actos de la Biblioteca. Charlando, contestando preguntas -«me estáis achicharrando», comentó con gracia-, no tocando para desilusión o desinformación de algun@s. Dándose a conocer, en definitiva.
Quién es, por qué es flamenco y músico, qué hace, sus ideas sobre la guitarra, el arte, la música y otros temas fue desarrollando, abordando Rodríguez, «flamenco desde niño», formado en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba de la mano del maestro Manuel Cano, uno de los primeros en consolidar los conciertos de guitarra flamenca, en España. Porque en el extranjero, en Estados Unidos, sobre todo, era una práctica habitual (ya saben, Sabicas, Mario Escudero…)
Sucedía esto en la España de los 50-60 del siglo pasado y hasta ahora donde la guitarra solista es un hecho; aunque tarde casi 40 años en actuar en Valladolid. El tocaor se ‘liberó’ del acompañamiento, para mostrar su mundo interior, podría decirse así, y explorar otros mundos. Rodríguez está en la línea de Paco de Lucía en cuanto a la fusión, no cree en ella, sino en la colaboración con otros músicos. Y ha tocado con muchos y muy variados. Por su propia inquietud como músico, de aprender, de investigar, de su gusto por la música en general, sea cual sea el estilo o género de esta (muchos fueron los ejemplos que el guitarrista puso sobre sus colaboraciones; por ejemplo, de Alejandro Sanz, ¿qué podía aprender del famoso cantante melódico español, con quien ha tocado en disco y en directo?: «La disciplina escénica, el utilizar la tecnología para apoyar la música, no para enmascararla»).
«La diferencia es una alegría… hay que arriesgarse a encontrarnos con algo especial, ¿es que siempre vamos a lo seguro?… no es necesario (para el público) saber distinguir una soleá para disfrutar de la música, de lo que el músico-el artista quiere decir… recomendaría a cualquier músico aprender lenguaje musical en estos tiempos, todo enriquece… me sigue interesando cambiar… todo está por descubrir, todo está por hacer; más vale que sea así».
Siento resumir de esta forma la comparecencia de José Antonio Rodríguez, generosa de tiempo, paciente. Con sus palabras también se ofreció un retrato de la guitarra flamenca -se hicieron varias preguntas sobre por qué no se enseña en los conservatorios españoles- y del guitarrista flamenco (un ser frágil, atormentado, analítico, «como un científico»). Y dejando la puerta abierta a otras preguntas, a otras ideas, sobre el papel del instrumento y del instrumentista, siempre relacionado, en el mundo flamenco, con el acompañamiento hasta que se hizo solista. Tal vez en otra ocasión se puedan plantear, si algún artista flamenco tiene a bien seguir la iniciativa de Rodríguez y acercarse a esta Tertulia, para lo que guste expresar.

Tertulia Flamenca: Buen viaje

Primero agua… fuego a continuación… a continuación gitanos en marcha. Es la película Latcho drom (1993), algo así como “Buen viaje”, de Toni Gatlif que vimos en la BibliotecaPública de Valladolid, el 23 de diciembre, con las indias llevando cántaros, con los asnos, por el desierto, vacas, cabras, gansos, caballos y también perros y los carros y tartanas.

En la India le dan a la fragua en mitad del arenal, camino de Egipto. Van marcando el tiempo, casi se diría que los gitanos hubieran creado el tiempo y fueran sus dueños: “protégete del mal de ojo con un amuleto”. En la nada del desierto, un árbol sirve de límite y el tiempo vital vuelve a brotar con la música, danza y canto. Gallos, cabellos untados, pulseras, pañuelos, abalorios  y trenzas.

Desde Rajasthán a Badajoz, de la fiesta al lamento de La Caíta pasando por la oración alrededor del árbol del desierto y Turquía, Rumanía, Hungría (Transilvania toda), Eslovaquia, Alemania (un triste canto en Auschwitz-Polonia,), donde se vuelven arborícolas por momentos: “Dios nos ha condenado a ser errantes, venimos de muy lejos, de desdicha en desdicha, huimos de la miseria y el odio, vamos hacia Alemania y más que nunca se nos trata como perros” y es que el suelo está helado. Francia, con caballos y en roulottes, se dedican a la cestería y a sus cosas y, por fin, España, Badajoz,  donde les tapian las puertas…

Vino el gitaneo a Europa desde los Balcanes, su casa definitiva. Trajeron y dispersaron su cultura musical de cuerda y percusión, una cultura del cuerpo, el baile. “Oh mis noches, oh mis ojos, el fuego que quema en mí, vuelve mi alma loca”. En ocasiones, parece una procesión que siguiera una estrella. Dejan señales, acampan. Llega la guitarra.

Según avanza la película documental mi intuición me dice que, sobre todo en Rumanía y Hungría, es dónde estos nómadas bohemios se hacen verdaderamente a sí mismos: violines, acordeones, flautas, percusiones, en una cabalgada frenética que hemos escuchado en las películas de Kusturica y en la música judía klezmer. “Hoja verde, un millar de hojas, aquí el tiempo de vivir volvió de nuevo, vivir en libertad, hojas verdes, flores silvestres, allí en Timisoara”, le canta el viejo con el violín al niño en uno de los cantes más hermosos de todo el documental..

Por Europa se desplazan en ferrocarril y furgonetas. “La fortuna se va y la fortuna vuelve de nuevo también”, canta la niña. Se ven las aves por el cielo en sus migraciones y los raíles del tren, un traqueteo que les acompaña. Es una experiencia visual la película con una narración difuminada entre los tracatrunes, los parampampam, el trote y el galope gitano.

El sabor final, muy potente, lo pone La Caíta en Badajoz desde el altiplano que domina la ciudad con las mujeres: “algunas noches, algunas noches, aaaayy, me muerooo de envidia, ay viendo como acaricias a tu perro”. Antes, el hipnotismo de las palmas y de los zapatos, después, y siempre, el tirintintrán, el fuego de la hoguera y el viento.

(La Tertulia Flamenca despidió el 2016 con cine, con la proyección de esta película impresionada en las palabras del amigo Paco para este blog que es el suyo. Y llega justo a tiempo para recibir el 2017. Buen viaje para tod@s).

Fuente: tiempoflamenco

Tertulia Flamenca: Mujeres, palos, Morente, el Güito… la diversidad que está por venir

Mientras íbamos tomando asiento en el salón de actos de la Biblioteca Pública de Valladolid el cante por bulerías de Cristobalina Suárez sonaba por los altavoces. La mujer de El Funi protagonizaría el primero de los vídeos de la noche en la apertura de la nueva temporada de la Tertulia Flamenca. Con un cante por seguiriyas acompañada por el toque de los nudillos sobre una mesa. Pureza, naturalidad, arte del arte que propone esta cita abierta en nuestra ciudad.
(Apunte 1: El vídeo, extraído de la serie Rito y geografía del cante, una fuente de maravillas; el audio, de un compañero de Tertulia que compró en una gasolinera la casete del único disco que grabó Cristobalina; más maravillas. Y primero de los vídeos en ser proyectados todos protagonizados por mujeres, por flamencas en un viernes 25 de noviembre Día Contra la Violencia de Género).
Tocaba presentar las propuestas a realizar durante esta temporada. La primera con sorpresa. Resulta que el representante del guitarrista José Antonio Rodríguez se pone en contacto con la Tertulia para poner a nuestra disposición la presencia del tocaor que actuará en el Teatro Carrión de Valladolid el día 21 de enero; estaría con nosotros el día 20, viernes, el día de la semana de en que se reúne la Tertulia.
Otra presencia sería la del bailaor El Güito. Nada más ni nada menos. La Compañía y Academia Flamenca Sentidos, de Valladolid está haciendo gestiones para contar con el bailaor de cara a la celebración de su tercer Festival dedicado al baile para el mes de marzo en la Sala Borja de esta ciudad. Y un día antes estaría en la Tertulia un histórico del baile flamenco.

Por bulerías. Marvin Steel

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(Ap 2: Contar con la presencia de artistas flamencos o personas relacionadas con él viene siendo una constante en la Tertulia. La presencia de los dos citados sin duda eleva el nivel y es un estímulo en el hacer de esta cita flamenca; señal de que no estamos solos, ni todo queda en las paredes de la Biblioteca).
Otra cita fija es el 23 de diciembre con la proyección de la película Latcho drom, de Tony Gatlif. Uno de los grandes musicales de todos los tiempos a mayor gloria del pueblo gitano y del flamenco por la parte que le toca. De él se extrajo para visionado de l@s tertulian@s la parte donde sale la Kaíta -con Remedios Amaya en los coros-; y tocar el flamenco extremeño fue una de las propuestas posibles a tratar en la Tertulia. O dedicar una sesión a los jaleos extremeños.
También se baraja la posibilidad de dedicar un monográfico a los cantes de ida y vuelta -propuesta que despertó interés- o la bulería; y aunque no sea un palo flamenco tiene muchas opciones de ocupar una cita en la Tertulia, la copla o canción andaluza que dijo Paco de Lucía.

(Ap 3: Hay más que evidencias de la relación entre copla y flamenco, además de servir para nuevamente ocuparse de las derivaciones y relaciones externas del flamenco con otras manifestaciones musicales. La web flamencomagazine está realizando un trabajo altamente recomendable sobre la bulería, desde sus inicios; es en francés y por un francés sabio y cabal, Claude Worms).

Otros temas a tratar, en esta temporada o futuras, serían sobre el compás para lo que se contaría con la sapiencia del tocaor Miguel Uña, uno de los nuestros. Y entre anuncio y anuncio, con comentarios de l@s allí presentes intercalados, seguimos viendo vídeos. De La Marelu y La Susi cuando irrumpieron allá por los 70; de la tía Encarna de los Pata Negra, Raimundo y Rafael Amador, en un ejercicio de virtuosismo al meter una letra de tango por bulerías que provocó aplausos y exclamaciones apasionadas; cantiñas de Pepa de Benito, en su recuerdo; de La Negra y Lole con el tema de Om Kalsoun; y final con la familia Terremoto con María Soleá, que nos llevó al final.
No sin antes citar la última propuesta, hablar -más vale tarde que nunca- de Enrique Morente: debate asegurado.

(Ap 4: Hubo tiempo para anunciar algunas actuaciones flamencas que tendrán lugar en Valladolid. La del día 3 con El Cabrero en el Auditorio Miguel Delibes y, sobre todo, las del Teatro Cervantes en su nueva andadura que propone alternar citas protagonizadas por aficionad@s y profesionales. Y la afición ocupará este mes de diciembre empezando por el día 2; después el 16; y concluirá el 23 con un acto centrado en los villancicos flamencos -no será zambombá- a cargo de la Asociación vallisoletana Punto Flamenco. Y en 2017 más. Y si encuadramos o se sigue encuadrando a Niña Pastori dentro del flamenco -los Grammy Latinos aseguran que sí; y algunos aficionados también- decir que estará el 27 de diciembre en el Delibes. Y como creo que no lo hemos dicho en el blog -sí en tuiter- Estrella Morente el 22 en el Teatro Zorrilla).
Antes de salir de la Biblioteca y seguir la reunión en la calle y sus bares, Fernando colaborador de la revista Zoco Flamenco distribuyó varios ejemplares de su último número, el de noviembre.

(Ap 5: Contar con las mujeres del Secretariado Gitano de Valladolid, que en la temporada pasada no pudieron acudir tanto como quisieran y quisiéramos; es lo que tiene estar ocupadas en el cambio y ellas lo están con su labor en la Asociación de Gitanas Femenistas por la Diversidad).

Fiesta flamenca en la biblioteca

Tertulia Flamenca. InicioAcaba el curso, con la biblioteca llena de opositores y de chavales preparando la selectividad. Un año más se rompía el silencio del estudio con las guitarras y los quejíos de los flamencos vallisoletanos, que no solo acuden a las jornadas flamencas del LAVA o participan en el día de puertas abiertas del Secretariado Gitano. Fueron muchos los que acudieron a lo que se va conviertiendo en cita obligada: el remate de las tertulias flamencas de la bilioteca.

Este año tocamos el baile flamenco de Güito, Mario Amaya y Antonio Gades, disfrutamos con los cantaores menos conocidos y con las nuevas promesas, nos metimos en la relación del flamenco con la múcisca de la India o colaboramos en la edición del próximo disco de El Pescao.

Para rematar, fiesta en el patio de las palmeras.

Empezó a llegar la peña, que si uno empanada, que la otra unas botellitas y el chorizo de la matanza y para por si acaso un tetrabrik de 20 litros de Protos (que se pulieron íntegramente). Y entrando en calor empezaron los chicos de Punto Flamenco por sevillanas con Miguel Uña y Óscar, viejos amigos de la tertulia, después fueron unas coplas y Pilar entraba de lleno en el cante, Paco no se aguanta y tiene que salir a bailar. Berni se hizo una malagueña rematada por verdiales y unos tientos y seguían llegando amigos. Toño, el del aceite, que acaba de dejar a Los Pichas y el Castañeta que, aún convaleciente, se hace una bulería por soleá, una farruca y una alboreá y se anima Manolo Pino que nos borda una soleá y aún queda tiempo para que una magnífica Silvia nos saque a bailar con una bulería y nos despidamos con los tangos de Mila.

Nos despedimos por este año de la biblioteca, pero la fiesta sigue en la bodeguilla El Bierzo y a medida que vamos acabando las cosechas se va venciendo la timidez y se arranca Fernando por Camarón y la Lurditas se hace una petenera y Raomanín, que está que se sale, puede con unos camapnilleros y con lo haga falta.

Valladolid está muy flamenca. Esta noche a ver al Mijita y después del verano seguiremos con las terturlias.

Tertulia Flamenca: Introducción a l@s Jóvenes flamenc@s del S. XXI

En la Tertulia Flamenca, en la Bilioteca Pública de Valladolid, propusimos hablar de y escuchar a las nuevas generaciones flamencas, las del siglo XXI. A modo de introducción Pedro Sanz escribió este texto  a modo de guía para situarnos y orientarnos en este tema.

‘Jóvenes Flamencos’. Con este nombre, a mediados de los años 80, una casa de discos (Nuevos Medios) empezó a definir y difundir un buen número de grabaciones de jóvenes cantaores y cantaoras para diferenciarlo de los artistas consagraos, y que por entonces empezaban a fluir en el panorama flamenco y llegaban a las casas discográficas en mayor número de lo habitual.

Esta llegada coincide con la etapa de mayor esplendor de tres artistas y con el mayor proceso creativo hasta la fecha en la historia, propiciando la mayor revolución en toda la historia del flamenco: Camarón de la Isla, Paco de Lucia y Enrique Morente. Estemos o no de acuerdo, un hecho es indiscutible: la asistencia a los conciertos aumenta, se llenan los teatros más importantes del mundo, la publicación de discos se multiplica, etc. etc.

Este hecho está recogido y ampliado en los anales de la historia del flamenco por los más prestigiosos escritores e investigadores.

Anteriormente a esta etapa los artistas flamencos, en la gran mayoría de los casos, procedía de familias con tradición, y en menor media estaban los que no tenían ninguna vinculación familiar y procedentes de asientos no Andaluces. Hoy son much@s los que nada tienen que ver ni con la tradición familiar ni con el asentamiento geográfico.

Más allá de centrarnos en las figuras más significativas de estos últimos 20 años (Miguel Poveda, Mayte Martin, Arcángel, Estrella Morente…), por ser suficientemente conocida su trayectoria, nos vamos a detener en otr@s menos conocid@s que nos aseguran que el flamenco está en un buen camino.

Marcando como punto de inflexión la fecha anterior, podemos afirmar que el flamenco, en sus tres disciplinas de cante, baile y toque, sigue una línea ascendente en calidad y cantidad. Mucho que decir en este sentido la tienen, por este orden: los festivales y concursos flamencos -La Unión, Bienal, Jerez, Córdoba…-, las Peñas y los numerosos centros privados y públicos como Amor de Dios o Fundación Cristina Heeren.

Actualmente existe un nomina de artistas más que representativa de cante, baile y toque; tod@s ell@s jóvenes y algun@ con más edad, pero que se puede entrar en esta cosecha a la que hacemos referencia; y que hemos denominado por JOVENES FLAMENCOS, para diferenciarlos como hemos dicho, de los consagrados.

Por citar algún factor a favor de esta generación -luego en la charla iremos viendo otros- estarían sus grandes conocimientos de los cantes, conocen cómo están estructurados, el compás, la tonalidad… hecho este que les permite adentrarse en otros estilos que no son precisamente flamencos.

La Tertulia Flamenca de Valladolid suele recurrir a pintores, dibujantes, ilustradores, artistas de la imagen, generalmente de esta ciudad-provincia, para que plasmen con su arte algunos de los temas que se tratan en sus citas mensuales de la Biblioteca Pública.
En la última sobre ‘las generaciones flamencas del siglo XXI’, el turno fue para Alberto Valverde Travieso (Valladolid, 1953), pintor, grabador con una larga trayectoria, sobre todo en el mundo del grabado, que comenzara en los años 70 y prosigue en la actualidad
Alberto combina bien con todas estas generaciones, pues son varias las que están tomando el relevo, asumiendo la responsabilidad de dar continuidad en este siglo al flamenco, de cargar con su peso. El pasado mes de noviembre fue invitado por la Galería La Maleta a participar en ‘open workshop’ sobre su especialidad. Allí se juntaban la exposición de parte de su obra de distintas épocas con su labor de docente, igualmente larga y en activo. Sobre ésta decía que, «hay que empezar por el principio, lo básico para ir evolucionando»; sobre sus inquietudes como artista, «siempre estoy a la búsqueda de algo nuevo; lo formidable del grabado son sus posibilidades de experimentación: no paras de encontrar recursos y soluciones para la búsqueda plástica propia».
Podría aplicarse al flamenco. Y esta es su visión, la imagen sobre las generaciones flamencas del siglo XXI:

Las obras de los artistas que participan en la Tertulia Flamenca suelen acompañar una guía de audio -como si fuera un disco- que viene a completar la exposición comentada del tema a tratar y los vídeos que se proyectan, en dos horas no hay cabida para tanto como se querría. Para el tema que nos ocupa, se hizo esta selección (en base al material discográfico que disponíamos, hay más, much@s, tómese esta selección como una muestra representativa; en una próxima entrada entraremos en detalles sobre lo que dio de sí esta cita en la Biblioteca, y una cierta explicación de por qué esos cantes):

Rocío Márquez. Soleares
Antonio Reyes y Diego del Morao. Fandangos
Rubito hijo. Romance
Rafael Jiménez ‘Falo’. Montañesa
Los Mijitas. Soleá por bulerías
Daniel Casares. Rumba
Gema Caballero. Panaderas
Rocío Segura. Caña
Jesús Méndez. Bulerías
David Lagos. Siguiriya
La Yiya. Tonás
Argentina. Serrana
Esperanza Fernández y Dorantes. Himno de los gitanos
Rocío Márquez. Colombiana.
(Añadir que la voz cantaora de Niño de Elche también estuvo presente; ya que hacíamos nosotros la presentación del tema -y algo así se esperaba, creemos-, tuvimos una idea sobre él y sus ‘Voces del extremo’, lo contaremos).
En los 80 circuló lo de ‘jóvenes o nuevos flamencos’, ‘gitanos nuevos’,optaremos por dejarlo en  generaciones flamencas del siglo XXI porque sus protagonistas son de varias generaciones o edades y sobre ell@s recae la responsabilidad de hacer flamenco ahora y en adelante.
Para esta Tertulia se pensó en una puesta en escena algo diferente. Por lo general se espera a que los asistentes estén sentados y a continuación hacer una introducción sobre el tema, que suele recaer en nuestro factotum Quique. Por nuestra parte, unos 15 minutos antes del inicio, mientras entraba la gente entrando en el salón de actos de la biblioteca, sonaba de fondo el disco Voces del extremo, de Niño de Elche (la idea era ‘tocar’ los oídos, más que proponer ‘otro’ flamenco, la charla no iba de eso ni de experimentos o fusiones -salvo las ya conocidas tipo Paco de Lucía-, eso tal vez para otra ocasión porque hay otros experimentos, mezclas; también que las grabaciones discográficas de ahora no suenan como las de antes, y me refiero sobre todo a las de los 80-90 del siglo pasado; y también algo de provocación con lo del Niño). Y luego, cuando ya estuviera más o menos toda la gente proyectar, sin realizar ninguna introducción, el corto documental de Rocío Márquez en su visita de apoyo a los mineros leoneses que llevaban encerrados 45 días. Una película llena de verdad, como el cante de Márquez.
Ese era el comienzo preparado y a partir de ahí empezar, pero las cosas de la tecnología hicieron que a continuación de este corto se proyectara el vídeo de Antonio Reyes y Diego del Morao, donde se recoge un momento de su encuentro previo a lo que sería la grabación de su disco en el Círculo Flamenco de Madrid.
Bien, ya teníamos dos referencias para empezar. Una y otros vienen a representar los principales territorios por donde se mueve el flamenco de las generaciones del siglo XXI, y los gustos de aficionados y público: la actualidad del flamenco, ahora.
A continuación Pedro expuso una serie de notas sobre esta generación, y mediante una serie de vídeos fuimos desarrollando esos apuntes: la tradición artística se mantiene (José Mijita; Jesús Méndez), como una cierta o fiel ortodoxia (Argentina, La Yiya) o que cada vez hay más instrumentos, a parte de la guitarra, que adquieren rango de solista (Diego Amador) -este apartado provocó el debate de si este flamenco dice algo o no-; sin olvidar señalar una generación anterior que avisó del relevo que estaba llegando –Poveda, Arcángel, Estrella Morente, Mayte Martín-, tras el revuelo que provocaron Camarón, de Lucía y Morente padre. Y escogimos a Esperanza Fernández para apuntar a otr@s de esa generación que no son tan mediáticos o casi desconocidos fuera de las fronteras del flamenco -Esperanza comparte los vicios y virtudes de l@s citad@s: otro tema-, una constante en la historia del flamenco: siempre hubo más flamenc@s aparte de las figuras destacadas. Como ahora.
Citamos otros nombres de estas generaciones del XXI, algun@s recogid@s en la guía de audio que se facilitó a los asistentes. Extensa es la lista de cantaor@s, yl@s que están por venir dándose a conocer en concursos; tanto casi como la de guitarristas -pusimos vídeo de Dani de Morón-, que se merecen otra charla para ellos sólos al igual que l@s bailaor@s (salieron otros posibles temas a tratar en el futuro, por ejemplo, abordar la figura y obra de Enrique Morente y «hablar sin miedo, no pasa nada por admitir que dejó de hacer flamenco desde Omega, pero era un gran músico, a Enrique le queríamos todos muchísimo», se dijo).
Antonio Reyes (Jornadas Flamencas Valladolid).
(Hay que hacer un reconocimiento a la labor que vienen desarrollando los conductores de la Tertulia: sabíamos y valorábamos el esfuerzo y el buen trabajo que realizan: ahora más; la autocrítica también la hacemos y la asumimos: mejorar y mejorar. Tenemos la suerte, agraciada suerte de estar ante hombres y mujeres que ya nos conocen -el ‘pánico escénico’ es más soportable-. El ambiente de la Tertulia lo explica muy bien el amigo Luis en esta entrada -de la mitad para abajo-de su blog haciéndose eco de nuestra charla.).
Tras dos horas llegó el momento del cierre. Y escogimos un vídeo de José Valencia para despedir este acercamiento a las generaciones del siglo XXI  que viene a mostrar que el flamenco, en este tiempo, suena y está en la calle, que las calles por donde ahora paseamos, vivimos, estamos sigue siendo su territorio.