La Biblioteca Pública de Valladolid celebra la adquisición del flamenco improvisao de La Farruca

El pasado viernes a las doce del mediodía, en la Biblioteca Pública de Valladolid, se concentraba un gentío de aficionad@s convocados por la noticia de la visita de La Farruca, La Serrata y el resto de su compañía venida a nuestra ciudad, porque esa noche presentaría en el Teatro Zorrilla el espectáculo, Del fuego y la memoria.

Aficionad@s al flamenco -much@s de la Tertulia-, músicos y bailaor@s de la ciudad, a l@s que se irían sumando otras personas que por la Biblioteca estaban, contagiados por un ambiente diferente; se palpaba una cierta excitación ¿alguna manifestación? Sí, del flamenco improvisao que iba a acontecer en ese momento.

Empezaron en el vestíbulo de la Biblioteca entonando unos cantes, sonando toques, unas palmas. La Farruca y La Serrata escuchando a toda su troupe: las guitarras de David Caro y Fity Carrillo; el cante de Juanillorro, Javier Flores el Indio, Ezequiel Montoya, Juan Fernández el Negro; las palmas de los percusionistas El Eléctrico y Lolo Montoya. El soniquete se extendía por la Biblioteca a medida que los artistas subían las escaleras en dirección a la sala de lectura. Allí formaron el círculo y ya caras alegres, sonrisas, asombro, excitación en aumento y ver un baile como nunca much@s habrán visto, en vivo y en directo -y me incluyo-. y otr@s sí; todos celebrabando el baile gitano y flamenco, explosivo.

 Y tras la explosión, al patio de la Biblioteca. ¡Al aire! Los jaleos se liberan entre l@s asistentes, la intensidad sube de nivel; hasta un grupo de niñ@s de visita en la Biblioteca se suma a la fiesta. Ah, el futuro. Habrá sido testigo de un momento único, el baile de La Farruca. Desde el otro día la gitanería flamenca de su baile se ha unido al conocimiento que vive, y se disfruta, en la Biblioteca.
Vámonos, vámonos. Dejemos los libros ahora bailando sus historias y saberes palpitando aún más en las estanterías, a estudiantes reactivad@s para devorarse sus estudios, una vibración flamenca resonando por el edificio. Y a la calle. Alegres. Agradecidos a los artistas y a quienes han hecho posible este acontecimiento en la Biblioteca Pública de nuestra ciudad, un regalo, otro.
Se forman corrillos, se intercambian corrillos por la plaza, lo que pueda pasar a partir de ahora ya es otra juerga.

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