Tertulia Flamenca: El baile en el tiempo de Mario Maya, El Güito, Antonio Gades

Siglo XX. Años 20-30: «La guitarra puntea un delirio de falsetas… Después vuelve el rumor indiferenciado del rasgueo… El bailarín espera la entrada en una contracta elasticidad como el preludio de un salto… El baile va a ser ejecutado por un varón de ceñido pantalón, chaquetilla corta y cintura estrangulada por una faja. Cuando la guitarra indica la salida, salta el bailarín en limpia plasmación de líneas y queda en escueta escultura viva, en medio del tablado, clavado al repiqueteo de los pies. Luego, una anarquía de formas… rebeldía plástica a todos los dogmas de la danza… salta, se cimbra, ondula, se encrespa, se dobla, se afirma rígido…«.

Siglo XXI, el pasado viernes: La primera cita de la Tertulia Flamenca, en la Biblioteca Pública de Valladolid, en este 2016 habla de baile en torno a tres de sus figuras clave -Mario Maya, Antonio Gades, El Güito-, en un tiempo concreto.

Mario Maya.
 Siglo XX. Años 70: «Se marcan unas cánones, se establece una especie de ortodoxia; es un momento donde se llega  un alto grado de clasicismo y calidad. Es el baile estético, escénico, más profesionalizado, estructurado… Destaca la verticalidad, la plástica; una estética limpia donde todo parece estar sincronizado, que como en el traje no haya ninguna arruga. Es lo que se entiende por baile flamenco».
Pilar López y Rafael Ortega.
Los tres bailaores discípulos de Pilar López y van recoger toda la herencia del baile flamenco anterior a su llegada. El espontáneo, intuitivo, gitano de las cuevas de Sacromonte y las fiestas familiares y el que va tomando forma en los escenarios desde mediados del siglo XIX, el de Pastora Imperio, Argentina, Vicente Escudero, ¿Carmen Amaya?, Argentinita, el que pasa de los cafés cantantes al teatro, el que consigue éxito y atención internacional.
«Pilar López marca el modelo de ética y estética del baile; sobre todo de ética, del baile como algo serio, que requiere un enorme esfuerzo, disciplina… Estos bailaores han sacrificado el cuerpo, son mártires. Las caderas no las tocan, no se agachan. Y la cara: la inexpresividad total, la concentración, parecen ascetas, están levitando. Con este sacrificio están mostrando una concepción distinta del baile: depuración de las formas, un equilibrio, una justeza, economía de movimientos, han quitado el adorno; y transmite, comunica, el baile flamenco se entiende desde aquí».
«Ahora ya no se baila así… de ese baile muy estructurado, sometido a una férrea disciplina se irán liberando las siguientes generaciones de bailaor@s…, creo que la generación actual es mucho más libre. Estos (Maya, Güito, Gades) lo tenía más difícil, su baile parece más artificial, ahora resulta más natural, tal vez por incorporar la espontaneidad del otro baile flamenco, el gitano… Como ejemplo de esto estaría Marcos Flores, seguidor de esa escuela, pero con otras formas porque ha recibido nuevas influencias como esos tres bailaores recibieron otras de su tiempo -contacto con movimientos artísticos de su tiempo como el neoplasticismo, la abstracción que sacrifica las figuras y va a las esencias, al movimiento de pierna y brazo. Y por otro lado, Israel Galván«.

Antonio Gades.

Mientras hablan distintas voces en la Tertulia vemos vídeos de Mario Maya, de El Güito, de Antonio Gades, y conocemos detalles de su vida y obras. Hay tiempo para recordar a Manuel Agujetas, y a Antonio Cuevas el Piki, cantaor para algunos de estos bailaores. Nacido en 1945, muerto en 1980, «víctima de un asesinato que no se llegó a aclarar del todo; posiblemente a cargo de los grupos fascistas que actuaron durante la transición. (La noche de su muerte) Salía del Café de Chinitas y le estaban esperando; hacía poco había grabado un disco en homenaje a Blas Infante, en el cual hace unas letras comprometidas, acorde a lo que este cantaor fue, comprometido social y políticamente. Apareció destrozado en las afueras de Madrid».

El Güito y Manolete.
Luis Presa ha entregado una hoja donde señala las características más apreciables del baile flamenco (variedad, compás, carácter, fuerza expresiva), de sus técnicas y estructuración (salida, letras, silencio, zapateado, remate).
Con un vídeo final de Manolete se cierra la Tertulia de este mes (19 de febrero la siguiente cita sobre las nuevas generaciones de flamen@s) -da tiempo antes a que un representante de Zoco Flamenco anuncie el nuevo número de la revista, con parte de su contenido dedicada a Valladolid-… «No hay mujeres», «pues ahora abundan y destacan»:

Rocío Molina.
Siglo XX. Años 20-30: «En la bailarina hay una tendencia al rito, a la sexualidad, al símbolo. Tiembla su escultura como una llama, como una ola, como un complejo de curvas escindiéndose del tronco como aros locos escapándose de un eje. Es toda ella un nervioso caleidoscopio de imágenes apenas entrevistas…«. (Carlos y Pedro Caba Landa, Andalucía, su comunismo y su cante jondo. 1933. Biblioteca Atlántico).

Tertulia flamenca: ¡Vamos con la fiesta!

Fiesta, un año más, para despedir la temporada de la Tertulia Flamenca en el patio de la Biblioteca Pública de Valladolid. Día sin lluvia, templadito, primer@s aficionad@s llegando saludos depósito de viandas y bebidas para pasar la tarde del 12 junio entre tod@s Las guitarras se iban templando.

Fiesta1Fiesta3No falta la afición zamorana con Clementino y su hija Eva (en la foto de arriba, a la izquierda) no tardarían en hacer los primeros cantes de la tarde-noche acompañados por el toque de Óscar y Toño, a los que se uniría Marcos al cante -después también al toque- las tres cabezas impulsoras de la Asociación Punto Flamenco.
Fiesta4Otros cantaores y cantaoras de la afición local tomarían el relevo, fandangos alegrías bulerías cartageneras… siempre ante la mirada y escucha respetuosa de l@s presentes

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-«Chacón», dice quien peina canas -«El Mellizo», dice la joven; él escucha al aficionado que canta sigue la letra por lo bajín: «El Mellizo»
Se habla de flamenco bromean l@s flamenc@s, tinto de Peñafiel variedad gastronómica alguna de propia elaboración, recuerdos a compañer@s ausentes -¿qué tal Pedro?- ¿irás mañana? al día siguiente toma de posesión del nuevo alcalde otro ambiente llega a esta ciudad y a Zamora
Berni dedica unos fandangos al que se va el flamenco alivia las penas enardece las alegrías ¡cómo estarán en Cádiz!
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Baile, cante, toque, celebración, la fiesta continuará en la calle, en los bares donde se tercie. El flamenco fluye!
Fuente: Blog Tiempo Flamenco

Tertulia flamenca: Cantes sobre las estrellas

Este viernes la Tertulia Flamenca celebra su fiesta fin de temporada en el lugar que la acoge, la Biblioteca Pública de Valladolid, a partir de las siete de la tarde. Sin embargo, otro escenario tuvo para el acto final de sus actividades. Fue el pasado 29 de mayo en un escenario donde se muestran, para los profanos, “los senderos ocultos de la esfera”, como cantara Camarón de la Isla: El Planetario.
“Como somos el Museo de la Ciencia nos gusta hacer experimentos”, fueron las primeras palabras de la directora del centro vallisoletano, Inés Rodríguez, a modo de explicación de por qué la Tertulia había programado su cita mensual en tan particular recinto, donde estrellas del flamenco y estrellas del firmamento se iban a juntar.
“Esto surge… en la barra de un bar”, en la que coinciden Luis Fernández San Juan, responsable del Planetario, y nuestro factotum tertuliero, Enrique Miralles, que así lo contó.
“El flamenco nace debajo de las estrellas…  de un pueblo nómada… El Planeta, uno de los primeros cantaores de quien se tiene constancia… “A la luna le pido / la del alto cielo / cómo le pido, le pido / que me saque a mi pare de onde está metío”…  una relación entrañable, de una forma de vivir… “A mí me sigue, me sigue / una estrella chequitita / chequitita, pero firme” (Manolito de María)… la contemplación de la vida, arriba y abajo… Bizco Amate, maestro de astronomías…».
EStrellasLas luces se apagaron, el planetario se iluminó. La apertura  de nuestro viaje se inició con las percusiones de Guem et Gaza, y tras ellas el canto a la luna de Elíades Ochoa y Toumani Diabaté… idas y vueltas, antes de tomar la nave del flamenco con su primera tripulante, Carmen Linares, sonando por fandangos.
Los cantes de La Macanita, Manuel Agujetas, Juan Talega, Fernando Terremoto, Antonio Mairena, Vicente Soto, Pepa de Benito, tomaron el relevo mientras el planetario giraba, mostraba sus imágenes estelares.
Imágenes de Tío Borrico, El Chozas,  Tía Malena, Tía Juana la del Pipa, Manuel  Morao… tomaron el firmamento por bulerías  (tiempo después, con el mismo compás Juan el Camas interpelaría: “Extraterrestre/ vente aquí con nosotros/ y ponte morao de cebolla de Umbrete”).
Y en carne y hueso, algunos de los nuestros. Con Ricardo al toque, Antonio Quintana hizo debla y seguiriya del Planeta, y Bernardo reivindicó por tangos La estrella de Morente. Y alegrías para el cierre con Carlos (cante), Silvia (baile) y Yonder (percusión).ManosCierre del programa elaborado, que llenó las ochenta plazas del Planetario, y pudieron ser algunas más. Quedaba por ver otra Estrella, la compañera que así se llama y, espontánea, remató la noche por aires camaronianos. Camarón, que tanto le cantó a la luna, y bien pudo guiar esta iniciativa, esta idea flamenco-astronómica: “Quiero irme a otra galaxia / pa sentir mi libertad”.

Fuente: Blog Tiempo Flamenco

Tertulia flamenca: El fandango, natural y popular

El fandango fue el protagonista de la pasada Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid. Prácticamente todo lo que se puede decir sobre este palo flamenco, tan querido por profesionales, aficionados o público, se ha dicho, está dicho, y se volvió a decir, sabios del flamenco tenemos.

Como los que se pueden encontrar en internet. Véase, por ejemplo, Flamencópolis, página de Faustino Núñez con todo lo que hay que saber de flamenco, y a la que os remitimos con estos dos enlaces sobre historia y modos y variantes del fandango, ambos acompañados de audios y vídeos.
Escuchar y ver se hizo también en la Tertulia. A Paco Toronjo, Ángel el de la Señá Pura, Antonio Rengel… Una selección amplia y siempre corta -se pidió el fandango del Padre Soler-, la propuesta para la Tertulia, que se centró en los fandangos naturales o personales: Chocolate, Terremoto, Fernanda de Utrera, Manuel Soto ‘Sordera’

Y en vivo y en directo se contó con el aficionado vallisoletano Antonio Quintana acompañado al toque por Miguel Uña.
fandangohuelvaNo faltó Pepe Marchena en este recorrido por el fandango (generando aún suspicacias). Escribe Pedro G. Romero en nota a uno de los cantes por fandango realizados por Rocío Márquez en su disco El Niño, lo que Marchena decía sobre el fandango que, “es la base del flamenco y el cante más democrático, todo el mundo le entendía. Estaba entre sus favoritos, pues, en su dominio, lograba hacer con él todo tipo de variaciones y maravillas. Los hizo con orquesta, a capela y a dúo”.

Marchena representa el éxito y popularización del fandango en el periodo de entreguerras (1ª y 2ª Guerra Mundial), similar a lo que Carlos Gardel representó para el tango (habría que preguntarse si la guerra civil española truncó su internacionalidad). Su popularidad y popularización se extendería hasta la década de los 60 del siglo XX en España, aunque ya compartida con otros géneros nacionales (la copla, la ‘tonadilla’).

Opinaban los amigos de la Tertulia sobre este hecho: “A nivel popular el fandango gusta porque en él puede participar mucha gente, es un palo de reto. Porque el flamenco se desarrolla (años de la postguerra civil española) en las cantinas y ahí el fandango funciona cante quien lo cante, más o menos bien. Algo que hemos vivido en esta ciudad”…. “El auge del fandango coincide con la salida del flamenco del café cantante, lugares de reunión de la marginalidad; aparece la Ópera Flamenca, las grabaciones discográficas hacen que su escucha se generalice. Es también el momento en que la mujer entra a formar parte mayoritaria del público flamenco”.

Un tema interesante el de la popularidad del fandango en estos años, con Pepe Marchena como centro; antes de la venida del rock and roll, del dominio musical anglo-norteamericano, y cómo un país partiendo de su música –el flamenco- crea su propia canción popular (pop, que se diría en tiempos posteriores) donde se plasma, y las gentes reconocen, su sensibilidad particular, peculiar, propia (las raíces folklóricas del fandango también contribuyen a ese reconocimiento, ¿potenciadas por el cierre de fronteras que supuso, en España, la postguerra civil-dictadura franquista?)
fandango2Algo que puede volver a repetirse, aunque con otras formas (Israel Galván y su baile apunta en esa dirección. Lo de Paco de Lucía y Camarón –gran admirador de Marchena- tenía otro significado, pero fue un principio de recuperación de la conexión con lo popular; Enrique Morente avanzó en ello).

El fandango se sigue cultivando, ya por la citada Rocío Márquez como por su también paisano Arcángel, entre otr@s.

Fuente: Blog Tiempo Flamenco

 

Tertulia flamenca: Asociación Punto Flamenco

-Somos un grupo de amigos que tocábamos en reuniones por aquí y por allá y empezamos a ensayar más continuadamente. Y decidimos formar una asociación.
-Viene la historia de que un cantaor vino a mi casa, sacamos las guitarras, se puso a cantar, tenía mucha voz, y pom pom, el vecino. Y empezamos a ver si podíamos tener un local y haciéndonos asociación cultural nos dejaban un espacio en un centro cívico.
-Y que cante y toque todo el mundo que quiera.

Óscar Vecino, Toño Aparicio y Marcos Benito, por este orden, cuentan la creación de Punto Flamenco, que bajo la forma legal de asociación cultural es un punto de encuentro para aficionad@s e interesad@s en el flamenco. Cumplen dos años este 2015 y cuenta con 21 soci@s más amig@s que se suman a la iniciativa, que tiene como lugar estable el Centro Cívico del barrio Las Delicias, los lunes por la tarde y los miércoles por la mañana.

Ellos fueron protagonistas de la última cita de la Tertulia Flamenca antes de Semana Santa, con un lleno hasta la bandera en el salón de actos de la Biblioteca Pública de Valladolid. Con los tres fundadores, los tres guitarristas –Marcos también se hace algún cante- hablamos antes de entrar a que desplegaran, junto a otros socios, aficionados y amigos -participaron los amigos del Secretariado Gitano, también- lo que saben hacer en toque, cante y baile.

Óscar y Toño

Óscar y Toño

-A nuestros amigos les decíamos que se pasaran. Y estando allí pues se fue sumando gente, como unas mujeres que bailaban sevillanas ‘¿podemos venir? Probaron, les gustó y se hicieron socios. Sobre todo está funcionando mucho el boca a boca (Óscar).
-El mayor tendrá 83 años y el más joven diez, once. Son de todas partes de Valladolid. Es abierta. Respetándonos todos y al lugar donde estamos (Marcos).
-No está pensado para enseñar, sino para practicar, ayudarnos unos a otros y mejorar (Toño).
-El espíritu es compartir nuestro trabajo, nuestros conocimientos y crecer todos juntos. Y luego está Miguel, que es el que más conocimiento tiene, el que nos lleva a todos de la mano (O).
-El maestro, es un lujo (M).
-El que nos dice esto está bien. Y el que nos dice: esto no lo hacéis mal. Tiene un mérito impresionante con lo que sabe estar allí ayudándonos (T).

Hablan de Miguel Uña, veterano tocaor de esta ciudad y de otros alrededores y provincias cercanas (Zamora sin ir más lejos), presente en la charla, pero discreto; aunque hace sus apuntes: “La guitarra siempre es la muleta del torero, del cantaor. El torero va de oro, nosotros siempre seremos los toreros de plata, decía Moraíto, el mejor guitarrista de acompañamiento”. Antes y después de la charla con Óscar, Toño y Marcos sí que habla Miguel de algunas de sus experiencias como acompañante de cantaores, ay de aquellos que tienen no compás –“lo que intentas es maquillar su falta, haciendo muchos silencios”-, de lo cerrao que puede llegar a ser uno, pero se aprende: «Yo creía que Paco de Lucía estaba equivocado, fíjate qué disparate, que blasfemia, por culpa de mi ignorancia, por seguir un método que no era el correcto; yo pensaba que los demás estaban equivocados hasta que un día se me iluminó una bombilla y, joder, si es que esto es hasta más sencillo”.

Miguel Uña

Miguel Uña

Óscar: “Yo llegué tarde al flamenco, con casi 30 años. Y llegué porque unas navidades un novio de mi hermana apareció con una guitarra. De siempre me gustaba el rumbeteo y quería aprender la guitarra para hacer un poquito de rumba. Coincidió que un cuñado mío trabajaba con Miguel (Uña) y este se ofreció a enseñarme, y me fui enganchando y no he parado.”.

Toño: “A mí siempre me ha gustado. En los programas aquellos de la tele en blanco y negro yo veía flamenco, pero llegaba mi padre y decía ‘ya están chillando’ y lo cambiaba. Mi padre era más de Machín. Y me ha gustado de siempre Jimi Hendrix, Led Zeppelin, Deep Purple, todo el mundo. Paco de Lucía, desde pequeñín. Con casi 30 años fui a ver un concierto de Camarón, de los últimos que dio aquí en Valladolid, con Tomatito y me gustó mogollón. Y vi un cartel de se dan clases de flamenco, de guitarra. Lo mismo que he ido a conciertos de flamenco, de Manzanita o Lole y Manuel he ido a los de los Ramones. Soy del mismo estilo que Raimundo Amador que nos gusta igual el rock que el flamenco.”.

Marcos: “A mí de niño me gustaba la música clásica, en realidad. Estaba como loco con la clásica. Luego, ya de la tierra de Salamanca, que de allí es toda mi familia, empezó la cosa de la rumba y por ahí me entró el flamenco. Más de mayor hociqueando en la Biblioteca Pública me hice con el disco de Camarón en París, le escuché cantar unas tarantas y me emocionó, vamos que me eché a llorar. Y desde entonces fui escuchando flamenco cada vez más hasta el día de hoy.”

Marcos

Marcos

-Yo creo que ahora con la crisis puede nacer algo con fuerza como cuando nació el flamenco de una desigualdad social, de un canto de lucha. Que la gente anda muy apretada (Marcos).

-En Valladolid hay afición, pero estamos muy limitados por el tema de los bares, que ya no se puede tocar con la libertad de antes.  Aquí cuando se hace algo de flamenco la gente va y le gusta. El flamenco es de vivirlo in situ más que de discos. Y eso es lo que engancha. Lamentablemente  hay muy pocos espacios para poder decirlo (Óscar).

-Al alcalde no le gusta la cultura. Nosotros nos hemos atrevido a dar un paso para que haya espacios, que el flamenco no esté como a escondidas o se quede entre amigos (Toño).

-Posiblemente seamos el grupo más abierto dentro de la afición flamenca de la ciudad (Marcos).

-Nuestro objetivo es afianzar la asociación y con el tiempo, poco a poco, se irá viendo (Toño).

-El flamenco es una filosofía de vida (Miguel).

Fuente: Blog Tiempo Flamenco
(Luis Presa también informa de la cita en la Tertulia con Punto Flamenco en su blog)

Tertulia flamenca: El baile de los Farruco

«Es arrebatador lo que hace… esa manera de recogerse, de cerrar los puños… en los silencios no adopta posturas esteticistas, se va cargando de la música, de flamenco hasta que explosiona…”. El baile de Antonio Montoya Flores ‘Farruco’, padre, abuelo de una saga bien conocida, que la pasada semana perdía a Pilar Montoya ‘La Faraona’, su hija. Días antes en Utrera se rindió un homenaje al patriarca con la presencia y actuación de toda la familia.

Y unos pocos días antes la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid, dedicaba su cita mensual a uno de los grandes bailaores flamencos y sus continuadores, su familia.

Farruco nació en 1935 en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y falleció en 1997 en Sevilla, de donde era la familia de su madre, que nació en Ceuta. Su padre nació en nuestra ciudad, en Valladolid, y él y su hermano fueron adoptados por un aristócrata liberal que les proporcionó estudios. Así el padre de Farruco acabaría siendo ingeniero de canales y puertos y entraría en la Academia Militar de Comandante.

Con el estallido de la guerra civil manda, como comandante, un batallón de gitanos y gachés de la 38 Brigada Mixta que defiende Madrid; su mujer cava trincheras. Al terminar la guerra el padre es fusilado y la madre encarcelada en Larache. Tras ser liberada se traslada a Sevilla y comienza la historia de su hijo, un gitano analfabeto, que se convertiría en figura del baile.

La transmisión

La transmisión (Enrique Miralles)

“Un baile alejado del academicismo del siglo XX”, que conoce por haber formado parte de las compañías de Pilar López o José Greco, pero lo que a él le interesa está en el baile de sus ancestros, el que se baila en los patios, en las zambras, en el que se ‘siente’ lo natural, el baile gitano, que se dice.
Vimos vídeos de algunos de sus bailes, por soleá, por seguiriya, con ese físico por el que la mayoría le conocemos, “la antítesis del bailaor de fina cintura”; cantándole Juan Fernández el Moreno, su yerno, o Chocolate, su cuñado. Con sus hijas, Pilar y Rosario la Farruca, y con su nieto Farruquito, quien tomará el testigo de su abuelo, ante el fallecimiento de Juan Antonio, el hijo de Farruco y también llamado Farruquito, por el que el patriarca dejó el trío que formara, en los 60, con Matilde Coral y Rafael el Negro, Los Bolecos (bastones de los tratantes), para centrarse en transmitirle la Forma de su baile. Apuntaba el padre de Farruquito para figura, pero un trágico accidente de tráfico truncaría la prometedora carrera.

“Un hombre chapado a la antigua, representante del baile macho, ya no se ve bailar de costado como hacía él… enemigo de acudir a las academias de baile a aprender porque en ellas no se preocupan de lo esencial: transmitir de manera espontánea y personal”.

Viendo bailar a Farruquito, Farruco, El Carpeta, sus principales depositarios –hay otros, El Barullo, Juan de Juan– surge una cierta controversia entre l@s asistentes a la Tertulia sobre el baile de éstos -“movimientos más rápidos, meten mucho tacón”- y el de su abuelo.

“Se ve su escuela, pero hay una mayor barroquización, les sobran 400 saltos, es un baile más atractivo para el gran público, pero los silencios, las paradas del abuelo… que vayan siendo más mayores y pierdan facultades físicas, que se queden con la médula del yayo”. No reniegan l@s crític@s del baile de los nietos de Farruco, les gusta; a tod@s nos llega. Salimos de la tertulia con la sangre caliente, alboratada, no por la controversia, sino por el baile. Para much@s será una larga y festiva noche-madrugada.

Fuente: Blog Tiempo Flamenco

Tertulia flamenca: Don Antonio Mairena (II)

Antonio, Antonio Mairena, Mairena, Don Antonio Mairena. De todas estas formas se nombró al cantaor en la nueva la cita de la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid, a él dedicada por completo, a quien «el flamenco le debe mucho», a una de sus figuras más representativas hasta y a partir de la segunda mitad del siglo XX.
Se reconoció su labor divulgativa, su trabajo de investigación, el Mairena que «limpia, repara y da esplendor» a toda la riqueza del patrimonio flamenco, un flamenco que empieza a ser tenido en cuenta en ámbitos culturales y «cobra la relevancia que tiene ahora»: «Mairena alucinaría si supiera que se está hablando de flamenco en una biblioteca» (En los años 60, y con él al frente, el flamenco recupera una relevancia que tenía antes de la guerra civil española, la que fue señalada, admirada, difundida, apoyada por los Falla, Lorca y otros artistas de la época; época en la que Mairena daba sus primeros pasos rodeado de gigantes: Manuel Torre, Vallejo, Ñiña de Los Peines, Tomás Pavón, Chacón…).
Se hizo un condensado repaso por su historia personal y profesional. Vimos un fragmento de María de la O, y escuchamos su voz cantando la popular copla que da título a la película; luego otras grabaciones, donde «canta muy flamenco, perfecto y muy estirado… canta de maravilla la soleá de Charamusco… cierra los cantes a la perfección…», pero a muchos deja frío su cante, prefieren el de otros que les «pellizcan»: «Él reconocía esa frialdad en sus discos porque tiene interés en que su trabajo de investigación perdure, busca una grabación perfecta en detrimento de la frescura del directo» (¿el sacrificio de una personalidad singular, también? ¿se puede hablar de creatividad, en el sentido artístico, con esa intención didáctica?).
Y hablamos del ‘mairenismo’, ese concepto que deriva en corriente surgida en la etapa de gloria y glorificación del cantaor, años 60 -y el flamenco se vuelve ‘clásico’, ortodoxo-; corriente de fieles, admiradores. Unos rayando-cayendo en un fanatismo, a veces inquisitorial; otros, los mejores, por descubrir que se podía amar aún más al flamenco.
«Persona inteligente porque transmite y enseña a los demás… místico…, serio y riguroso», se dijo en esta tertulia dedicada a Don Antonio Mairena, y más que se podría decir (no se llegó a la »Razón Incórporea»). Pero sobre todo escuchar sus cantes, pues grande es su legado discográfico, donde está prácticamente todo el cante flamenco para ser aprendido, escuchado y recreado.
Y cante hubo en la despedida de la Tertulia cortesía de nuestras compañeras del Secretariado Gitano, que se hicieron un sentido cante por bulerías. Volveremos a reunirnos para febrero, con los Farruco.
Libro mairenaDado que estamos en una biblioteca ahí va una relación de títulos relacionados con Don Antonio:

Las confesiones de Antonio Mairena, de Antonio Mairena y Alberto García (Universidad de Sevilla, 1976).

Los cantes de Antonio Mairena, de Luis y Ramón Soler (Edciones Tartessos, 2004).

Duende y poesía en el cante de Antonio Mairena, de José Cenizo (Ediciones Giralda, 2000)

Mundo y formas del cante flamenco, de Antonio Mairena y Ricardo Molina (1963; reeditado en 2004 por Ediciones Giralda).

Antonio Mairena. Su obra. Su significado, de Fernando Quiñones (Editorial Cinterco, 1989).

Antonio Mairena. La pequeña historia, de Francisco Vallecillo (Fundación Andaluza de Flamenco, 1988).

Mis recuerdos de Antonio Mairena, de Juan Antonio Muñoz (El Flamenco Vive, 2007).

Tertulia flamenca: Antonio Mairena

La Real Academia de la Lengua no retirará la definición de «gitano» en la nueva edición del Diccionario porque sería un acto de censura. Respuesta a la petición de la Confederación Española de la Asamblea Nacional del Pueblo Gitano para que modificara una de las acepciones de «gitano». No, dicen los académicos.
Raíces MairenaCon este tema se abrió el pasado viernes la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca de Valladolid. Estaba dedicada a Antonio Mairena, «un gran defensor del cante flamenco y de la cultura del pueblo al que pertenecía; defendió la igualdad de derechos, el mantener la identidad de su pueblo, la que durante siglos ha sabido mantener por encima de persecuciones y represiones, desde los queridísimos Reyes Católicos pasando por Carlos III, IV y hasta prácticamente la actualidad».
Palabras estas que pusieron colofón a una reivindicativa introducción expresada por nuestro factótum, Quique y que comenzó con estas palabras, que compartimos:
«En ediciones antiguas del diccionario (DRAE) figuraban acepciones del término gitano como (A) que tiene gracia y arte para ganarse la voluntad de los otros, (B) el que estafa u obra con engaño. En la última edición se cambia esta definición y se sustituye por: ‘Gitano: Trapacero’. Si vamos a ‘Trapacero’, leemos: ‘Alguien que con astucias, falsedades y mentiras procura engañar a alguien en un asunto’.
Esta es la Real Academia de la Lengua Española racista y elitista, que dice que eliminar estas acepciones de la palabra gitano es censura. Por eliminar este tipo de términos Antonio Mairena y otros muchos gitanos y no gitanos han venido luchando.
Mairena GitanoPor la misma regla de tres se podría incluir en el diccionario esta definición de académico: (A) Personaje que mediante la súplica y la adulación consigue perpetuarse como canónico del lenguaje, (B) dícese también de muchos sujetos que ejercen o han ejercido la censura, citándose el caso reciente de Gregorio Morán y su libro El cura y los mandarines (Editorial Akal, 2014) y sus problemas para editarse al referirse a algunos de estos académicos personajes.
O político se podría definir como: animal con alas que no se refleja en los espejos y que se alimenta de la sangre de los trabajadores».
Tras esta introducción pasamos a la figura, el cante, las formas de Antonio Mairena, que generó debate, sin censuras; de lo que nos ocuparemos en la próxima entrada del blog.

Tertulia flamenca:Hubo habido una actuación de Agujetas y El Torta

Se reunió la Tertulia Flamenca en la Biblioteca Pública de Valladolid para asistir a una proyección que recogía una actuación en directo de Agujetas y El Torta, allá por los 90, en Zamora (¿una peña?). Grabación casera, grabación pirata como se decía de aquellas que se hacían de tapadillo, no oficialmente o de manera ilegal a músicos de rock tiempos atrás, que llegaban a prensarse en vinilo o circulaban en cintas de casete, y eran muy apreciadas por los seguidores de estos músicos. Poco importaba a estos fans que el sonido no fuera brillante, incluso poco brillante, los fans sabían reconocer las canciones, las voces, la música, llegando a apreciar, y saborear, los detalles, las variaciones respecto al tema  o temas originales legalmente editados.

Con la grabación de estos dos cantaores sucedía algo parecido. Disfrutaron de ella l@s más aficionad@s, quienes ‘pasaban’ por alto el sonido no muy bueno de la grabación para entrar en el cante, saber lo que estaban cantando y cómo lo estaban cantando; otr@s no disfrutaron de la misma forma y así lo expresaron.

Una actuación en la que Agujetas y El Torta estuvieron pletóricos. Haciendo el cante por el que se les tiene en tan alta valoración, ese cante que duele, a ellos y a quienes le escuchan; que te deja vacío para llenarte (probablemente de otro vacío, el natural); un cante invasivo porque pasa por encima de cualquier prevención del oyente; cante ‘salvaje’ por natural, pensado y repensado por sus artífices para que así salga y sea.

Sabemos de la personalidad de los dos cantaores. Introspectiva, la de El Torta, que actuó primero; a su aire natural, la de Agujetas. Las imágenes dejaron muestras de ambas, más en el caso de Agujetas -sacó a su mujer japonesa a bailar; hablaba o se metía con los asistentes…-, cantaor al que valoramos en lo más alto del flamenco.

A l@s más aficionad@s les gustó y mucho la proyección, condiciones sonoras y visuales al margen, como así han expresado a este narrador habitual de las citas de la Tertulia Flamenca, ausente ese día por causas ajenas a su voluntad. El relato de su recuerdo sobre lo oído y visto en esa proyección hace que, en cierta forma, me sienta como si hubiera estado allí.

Fue la cita de despedida de 2014 de la Tertulia; nos vemos en el 2015. Que tengan  Felices Fiestas.

Tertulia flamenca: Presentación del programa

Plan 2014-15: Mairena, fandangos, Farrucos, ‘sangre nueva’, Torta-Agujetas…

Tía Anica la Piriñaca por siguiriyas, detrás de ella atiende Fernando Terremoto. Cante viejo e imágenes (de Rito y Geografía del Cante) para empezar una nueva temporada de la Tertulia Flamenca que alberga la Biblioteca Pública de Valladolid.
La coincidencia con otros actos ha dispersado a la afición, pero sirve para mostrar el buen número de mujeres que nutren la asistencia a esta cita de participación en torno al flamenco. El día elegido es viernes, como siempre, a partir de las ocho de la tarde en la Biblioteca. Es una reunión para presentar el programa de esta cuarta temporada, que concluirá hacia mayo-junio del año próximo.
La siguiente cita será el 12 de diciembre y estará protagonizada por Juan Moneo el Torta y Manuel Agujetas, con material inédito de dos «monstruos del cante». Para enero, monográfico dedicado a otro monstruo: Antonio Mairena.
canales sentidos

La Tertulia es un espacio abierto a sugerencias, opiniones, a modificaciones en su programa, a visitas como las del bailaor Rubén Borjas y el cantaor Carlos Garnacho, dos jóvenes vallisoletanos que nos presentan el Festival Flamenco que ha organizado Rubén a través de su compañía y escuela de baile Sentidos el próximo 29 de noviembre en el Auditorio Feria de Muestras (ahí arriba el cartel).
Es la primera vez que Rubén se deja caer por la Tertulia, no así Carlos, quien cuenta el comentario hecho por Rubén sobre que «no hay gitanos» en la Tertulia. Hoy no, pero ha habido y habrá, como bien puede decir el Secretariado Gitano.
Rubén y Carlos se despiden después de haber dado amplia cuenta del Festival (y de un local, otro, para el flamenco y la tertulia: Polígono Sur, como la película, al lado de la Iglesia de Platerías), y el saber que vendrán por aquí para otros menesteres propios de su hacer y afición. Como el desplegado por Punto Flamenco en nuestra ciudad. Cantaores, guitarristas, aficionados que difunden el flamenco a través de diversas actividades por los centros cívicos y otros locales de Valladolid. Ellos protagonizarán la cita de febrero.
En marzo, el baile de la saga Los Farruco. Abril-mayo traerá la «sangre nueva» del flamenco: Méndez, Márquez, Lagos, Valencia, Carpio, Palomar…, y un genérico dedicado a los fandangos. Más lo que surja, esto es sólo un plan. Un avance acompañado por vídeos diversos: de El Torta, Luis el Zambo, Manuel Moneo, Agujetas por tonás; de Mairena; de Farruco y Chocolate por soleá; Jesús Méndez por alegrías; Chocolate, por un lado, y Paco Toronjo, por otro, por fandangos.
Al principio de la Tertulia escuchamos a La Tía Anica dar su opinión sobre el cante nuevo de su época, el de Camarón o Pansequito, y veía que no lo hacían como ella y como ella creía debía hacerse. Miguel quiso hacer una puntualización al respecto, porque siempre hay puntualizaciones sobre el flamenco y sus artistas como se ha visto en esta Tertulia y se seguirá viendo. Pero «La Tía Anica tiene derecho a decir eso y más», por muy mal que le sentara a Pansequito.
Con unos tangos muy peculiares cantados por unos gitanos portugueses y recogidos en esa gran serie de tv que fue Rito y Geografía del Cante (se puede ver aquí) concluyó la apertura de la nueva temporada de la Tertulia Flamenca.