Club de cine Espigadores: Corre, Harry, corre

Juan Hoja, uno de los asistentes a la pasada sesión del club de cine, envía este texto:

«Cuando en 1999, Elia Kazan recibió un Oscar honorífico, media platea permaneció sentada, con los brazos cruzados, en protesta por el hecho de que, durante la Caza de Brujas, allá por los años cincuenta, hubiera delatado a un buen número de compañeros sospechosos de comunismo. Martin Scorsese, no. Martin_Scorsese por David ShankboneMarty fue el encargado de entregarle el premio. No es que con este gesto tratara de justificar la conducta del director, sino que, en su caso, pesaba mucho más el agradecimiento que la reprobación. El reconocimiento hacia una de las figuras que más habían influido en su vocación y en su carrera. En 2010 el propio Scorsese dirigió Una carta a Elia, un documental en el que explica así el impacto que tuvieron en él las películas de Elia Kazan: “Fue en el Commodore, en Nueva York, donde vi La ley del silencio cuando se estreno en 1954. Las caras, los cuerpos, la manera de moverse, el sonido de sus voces. Eran como la gente que veía cada día. Gente que iba a la carnicería o salía a tomar el fresco o a la iglesia. Vi la misma mezcla de dureza y ternura. Era como si mi mundo, aquel que yo conocía, importara. Como si la gente a la que conocía, importara, aunque tuviera defectos”.Elia  Kazan Y no sólo en su juventud. La influencia de Kazan siempre ha pendido sobre él y sobre su obra: “Cuando empecé a hacer películas, al rodar cada escena me preguntaba si desprendía la misma sinceridad y minuciosidad, la misma ternura que había experimentado con las películas de Kazan”.

Una carta a Elia. TCM Autor, Martes 29 de enero, 10:30h

 Es un debate interesante, ¿no os parece? ¿Hasta qué punto es conveniente saber algo del autor de una obra de arte? ¿La vida del autor debe influir en nuestra valoración de su obra? ¿La integridad de un autor, su compromiso vital, su generoso sacrificio… hacen que su obra de arte gane en calidad? ¿Y si te enteras de que el autor ha sido un canalla, su obra pierde la calidad que le habías otorgado?

 

9 comentarios en “Club de cine Espigadores: Corre, Harry, corre

  1. La calidad de una obra no se pierde aunque su autor sea gentuza (considerada despreciable) pero el valor para nosotros no es el mismo. Cuando empatizas con un creador y te llegan al alma sus obras vibras de una forma única; cuando ya te ha decepcionado (aunque haya sido en algo personal) simplemente sientes un roce.

  2. Las obras no pierden calidad en función de la vida personal de su autor, pero es inevitable que la valoración varíe. Si al ver una obra no supiérmos nada del responsable de la misma, quizá nuestra valoración sería más objetiva en cuanto a lo que vemos, pero en el momento que conocemos algo del autor, y sentimos que su visión confluye con la nuestra o que su conducta nos es censurable, nuestra valoración inevitablemente se ve influenciada. La opinión, el sentir que te da un libro, una película, una fotografía está ligado tanto a la historia que refleja, como a aquella que se esconde detrás. Quizá sería conveniente no saber nada de ningún artista, así algunos pasarían a formar parte de la memoria colectiva y otros muchos del olvido absoluto.

  3. Yo creo que aunque son niveles muy distintos, la personalidad por un lado y el talento por otro, lo ideal sería que hubiera una coherencia entre la calidad de la obra y de la persona. Cuando no es así, para mí es inevitable la decepción y verla con otros ojos.

  4. Tuve un profesor de teoría económica que el primer día de clase nos dijo: «Necesariamente mis ideas, mis valores, incluso mis opiniones políticas van a influir en la forma de explicaros la asignatura, así que es más honesto deciros desde el principio que voy a poner mucho más ahínco en Keynes que en Friedman…»
    Una obra, del tipo que sea, no puede (ni debe) ser ajena a su autor. Se crea desde dentro, desde las entrañas, la cabeza, la experiencia, la ideología, la cultura, la intuición… y todo ello se imprime en lo que después vemos, leemos o escuchamos. Conocer ese bagaje no hace sino agudizar nuestros sentidos para captar esa huella impresa.
    La calidad no es un concepto absoluto ni inamovible, puede perfectamente incorporar elementos subjetivos, producto de la personalidad del autor. Igualmente, nuestro juicio sobre la calidad estará a su vez determinado por nuestros valores y sentimientos. El autor debe ser libre para crear, y los espectadores somos libres de elegir su creación, y todos, nosotros y él, lo haremos con nuestros prejuicios y nuestras referencias personales.
    Personalmente, después de ver «Caótica Ana» decidí no volver a ver una peli de Julio Medem, ni siquiera de las anteriores, que tanto me habían gustado. Esa es mi elección.

    PD: Estamos pensando en grandes obras creadas por autores odiosos, pero ¿qué ocurre en el caso contrario? Personajes e historias aborrecibles, salidos de la mente de creadores que nos resultan simpáticos o admirables por su trayectoria personal tanto como por la profesional. He oído a más de uno quejarse de la confusión de sus personas con sus personajes.

    • Yo creo que lo ideal seria juzgar una obra sea literaria,cinematografica o de
      cualquier tipo con objetividad teniendo en cuenta los valores positivos y ne-
      gativos que tiene -aunque reconozco que la objetividad absoluta es imposible
      ya que siempre nuestros juicios pasan por el filtro de nuestra propia ideologia
      y personalidad.
      A mi me gusta de todas formas conocer a fondo la personalidad y las circunstancias que rodearon al autor. En primer lugar por curiosidad pero
      tambien porque muchas de sus ideas ,obsesiones,gustos no son en absoluto ajenas a todo lo que ha vivido .
      En resumen por un lado está la obra y por otra la vida.Podemos admirar una
      y despreciar la otra o al contrario.

  5. El autor, su obra, su influencia en los demás, la influencia que en él ejerce el medio en el que se mueve o le ha tocado vivir. La verdad es que nos preguntas que suscitan «miles de debates», y por supuesto la valoración dependerá del sujeto que las haga.

    Un profesor mio de Historia decía que somos sujetos y no objetos, por lo tanto las interpretaciones/pensamientos, nos cuesta hacerlas de una manera objetiva.

    Claro que influye la trayectoria y la vida del autor a la hora de valorar su obra, pero ¿hasta tal punto de valorarla menos, cuando sus ideas nos descolocan ?. En mi humilde opinión si una obra (del tipo que sea) nos gusta, es buena, nos trasmite lo que el autor pretendía, la obra prevalecerá sobre lo demás, (apelo a esa objetividad mencionada), pienso que hay que hacer un ejercicio de separación, ser generosos con la obra, aunque no sea así con el autor.

    Se ha partido de la vida/obra de Elia Kazan, y yo quiero apuntar a otra autora (filósofa) y cuya vida se ha llevado al cine, se trata de : Hannah Arendt, la pensadora alemana de origen judío. Margarethe von Trotta, es la directora de la película (espiga de oro en la Seminci).

    Hannah es una lucida pensadora, una intelectual de renombre, que usando sus palabras; “Fuimos expulsados de Alemania porque éramos judíos. Pero apenas cruzamos la frontera francesa, nos convirtieron en boches”, escribió. “Aparentemente nadie quiere saber que la historia contemporánea ha creado una nueva clase de seres humanos: la clase de los que son confinados en campos de concentración por sus enemigos y en campos de internamiento por sus amigos”.

    Por no alargarlo más decir que hizo un informe sobre la «banalidad del mal» y se convirtió en un libro: «Eichmann en Jerusalén», de aquí surguió la polémica, se le encargo una crónica del juicio que había condenado a muerte en Jerusalén al teniente coronel de las SS Adolf Eichmann.

    Dice que Eichman se convirtió en asesino de masas por encargo, no por vocación, no era un ser demoniaco sino un diligente funcionario, lector de Kant, alérgico a la violencia y empeñado en cumplir las órdenes, un ser banal al que la irreflexión “le predispuso a convertirse en el mayor criminal de su tiempo.

    Las críticas le llovieron desde todos los campos de la intelectualidad, le tacharon de nazi y
    Hannah Arendt escribió al recordar las acusaciones que recibió:
    “La imagen que habían creado era la de un ‘mal libro’; ahora han de probar que fue escrito por una ‘mala persona”.

    Belén

    • Qué interesante, Belén, la historia de Hannah Arendt. Me quedé con ganas de ver la película en la Seminci, y parece que ahora vendría muy al hilo de lo que debatimos. Espero que pronto esté en la biblioteca.
      Carmen D.

      • Gracias Carmen. Sí es muy interesante, cuando la estrenen no te la pierdas, yo la veré de nuevo. Cualquiera de sus libros los podemos comentar, ¿se une alguien del club de lectura ?
        Belén

  6. Estoy con ganas de mirar a los blogs que contienen música que me gusta , pero tamizado a través de todas las independientes , blogs obsoletas y mierda es una molestia. . Sé que hay miles de blogs , ¿hay un buen recurso para buscar a los preferidos ?

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